Boasianos

Antropología de cuatro campos

Indiscutiblemente, Boas es el padre de la división de la antropología estadounidense en cuatro campos. Su libro Race, Language, and Culture (1940/1966) es una colección de ensayos sobre estos temas clave. Boas contribuyó a la antropología cultural, biológica y lingüística.

En sus estudios biológicos de inmigrantes europeos a Estados Unidos reveló y midió la plasticidad fenotípica. Los hijos de los inmigrantes diferían físicamente de sus padres, porque crecieron en un ambiente diferente y no por cambios genéticos. Boas demostró que la biología humana era plástica y que podía cambiar por el ambiente, incluidas las fuerzas culturales.

Boas y sus estudiantes trabajaron duro para demostrar que la biología (incluida la raza) no determina la cultura. En un libro relevante, Ruth Benedict (1940) enfatizó la idea de que la gente de muchas razas ha contribuido con grandes avances históricos y que la civilización no es el logro de raza en particular.

Como se mencionó en el primer capítulo, las cuatro subdisciplinas de la antropología se formaron inicialmente en torno al interés por estudiar a los nativos americanos: sus culturas, historias, lenguas y características físicas. El propio Boas estudió el idioma y la cultura de los nativos americanos, en especial entre los kwakiutl de la costa del Pacífico Norte de Estados Unidos y Canadá.

Particularismo histórico

Boas y sus muchos e influyentes seguidores, que estudiaron con él en la Universidad de Columbia en la ciudad de Nueva York, estaban en desacuerdo con Morgan por muchas motivos. Cuestionaron los criterios que usó para definir sus estadios o etapas de evolución y también la idea de una sola línea evolutiva.

Argumentaron que el mismo resultado cultural, por ejemplo, el totemismo, podía no tener una explicación única, porque había muchas rutas hacia él. Su postura se llama particularismo histórico; puesto que las historias particulares del totemismo en las sociedades A, B y C eran todas diferentes; también dichas formas de totemismo tenían causas diferentes, lo que las hacía imposibles de comparar. Podían parecer iguales, pero en realidad eran distintas porque poseían diversas historias.

Cualquier forma cultural, desde el totemismo hasta los clanes, podía desarrollarse por múltiples razones. El particularismo histórico boasiano rechazó lo que dichos académicos llamaron el método comparativo, que se asoció no sólo con Morgan y Tylor, sino con cualquier antropólogo interesado en la comparación transcultural. Los evolucionistas comparaban las sociedades con la intención de reconstruir la historia evolutiva del Homo sapiens.

Antropólogos posteriores, como Émile Durkheim y Claude Lévi-Strauss (vea más adelante), también compararon las sociedades con la intención de explicar fenómenos culturales como el totemismo. Como se demuestra a lo largo de este texto, la comparación transcultural permanece sana y salva en la antropología contemporánea.

Invención independiente frente a difusión

Recuerde del capítulo “Cultura” que las generalidades culturales las comparten algunas sociedades, pero no todas. Para explicar las generalidades culturales, como el totemismo y el clan, los evolucionistas enfatizaron la invención independiente: con el tiempo, las personas en muchas áreas (conforme evolucionaron a lo largo de una ruta evolutiva predeterminada) se toparon con la misma solución cultural a un problema común. La agricultura, por ejemplo, se inventó muchas veces.

Los boasianos, aunque no niegan la invención independiente, otorgaron mayor importancia a la difusión, o el préstamo, de otras culturas. Las unidades analíticas que usaron para estudiar la difusión fueron los rasgos culturales, el complejo de rasgos y el área cultural.

Un rasgo cultural era algo como un arco y flechas. Un complejo de rasgos era el patrón de cacería que iba con ellos. Un área cultural se basaba en la difusión de rasgos y complejos de rasgos a través de un área geográfica particular, como las planicies, el suroeste o la costa del Pacífico Norte de Estados Unidos.

Tales áreas por lo general tenían fronteras ambientales que podían limitar la dispersión de rasgos culturales afuera de dicha área. Para los boasianos, el particularismo histórico y la difusión eran complementarios. Conforme los rasgos culturales se difundían, desarrollaban sus historias particulares conforme entraban y movían a través de sociedades particulares.

Boasianos como Alfred Kroeber, Clark Wissler y Melville Herskovits estudiaron la distribución de rasgos y desarrollaron clasificaciones de áreas culturales para los nativos de América del Norte (Wissler y Kroeber) y África (Herskovits).

El particularismo histórico se basó en la idea de que cada elemento de cultura, como el rasgo cultural o el complejo de rasgos, tenía su propia historia distintiva y que las formas sociales (como el totemismo en diferentes sociedades) que podían parecer similares estaban lejos de ser idénticas debido a sus historias diferentes.

El particularismo histórico rechaza la comparación y la generalización en favor de un enfoque histórico de individuación. En este rechazo, el particularismo histórico contrasta con la mayoría de los enfoques que le siguieron.

Post Author: Entorno Estudiantil

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