Carl Rogers: teoría de la autorrealización

Según la teoría de Rogers, somos seres conscientes y racionales, y no estamos sujetos al control de fuerzas inconscientes ni de experiencias del pasado. La personalidad sólo se puede entender por medio del enfoque fenomenológico; es decir, partiendo del punto de vista de las experiencias subjetivas del individuo (el mundo de su experiencia).

El objetivo siempre es la autorrealización, o sea, la tendencia innata a crecer y a desarrollarse. En el proceso de evaluación organísmica se juzgan las experiencias de la vida en razón de su contribución a la tendencia a la realización. Se buscarán las experiencias que la favorecen y se evitarán las que la dificulten.

 La consideración positiva es la necesidad de aceptación, de amor y aprobación especialmente de la madre que impera durante la infancia.

En la consideración positiva incondicional el amor y aprobación de la madre se brinda libremente, sin condicionarla a la conducta del pequeño. Cuando se condicionan, aparece un estado de consideración positiva condicional. Una vez internalizadas las actitudes de los demás, la consideración positiva surge de nosotros mismos (consideración positiva por uno mismo).

Las condiciones de valor (semejantes al superyó de Freud) implican que sólo nos consideramos dignos cumpliendo las condiciones que son aceptables para nuestros padres. Evitamos las conductas y percepciones contrarias a las condiciones de valor impuestas por ellos. Surge entonces la incongruencia entre el autoconcepto y las conductas que amenazan la autoimagen.

Nos defendemos de la ansiedad negando los aspectos negativos del mundo de la experiencia. La persona que funciona plenamente (que se realiza) representa la culminación del desarrollo psicológico. Estas son algunas de sus características: conciencia de todas las experiencias, ausencia de condiciones que requieran defenderse, capacidad de vivir al máximo cada momento, confianza en sí mismo, sentido de libertad y de poder, creatividad y espontaneidad.

La imagen optimista de Rogers sobre la naturaleza humana incluye la creencia en el libre albedrío, el predominio del entorno sobre la herencia y cierta universalidad de la personalidad. Tanto el individuo como la sociedad pueden crecer sin que se lo impidan las experiencias anteriores.

La personalidad se puede determinar en función de las experiencias subjetivas contenidas en un autorreporte. En el enfoque centrado en la persona, el terapeuta le ofrece a ésta consideración positiva incondicional.

Rogers se opuso a la asociación libre y al análisis de los sueños porque a su juicio provocan que el cliente se vuelva dependiente del terapeuta. Rogers grabó las sesiones y esto le permitió investigar la índole de la interacción entre terapeuta y cliente.

La Técnica de Clasificación Q es un método para cuantificar la autoimagen, y consiste en clasificar los enunciados de los clientes acerca de su autoconcepto en categorías, del más al menos descriptivo. Las investigaciones con esta técnica han arrojado que existe una mayor correspondencia entre el sí mismo percibido y el sí mismo ideal una vez concluida la terapia.

Cuanto mayor sea el ajuste, tanto más coincidirán la autodescripción y la descripción hecha por otros. Las discrepancias entre el sí mismo ideal y el percibido indican un ajuste psicológico deficiente.

Rogers ha sido criticado porque no definió con precisión la naturaleza de la autorrealización, porque desatendió el efecto de las fuerzas inconscientes y porque aceptó la posible distorsión de las experiencias subjetivas en el autorreporte.

Post Author: Entorno Estudiantil

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