Configuracionismo

Dos estudiantes de Boas, Benedict y Mead, desarrollaron un enfoque de la cultura que se llamó configuracionismo. Éste se relaciona con el funcionalismo en el sentido de que la cultura se ve como un todo integrado.

Como hemos señalado ya, los boasianos trazaban la distribución geográfica de los rasgos culturales, pero Boas reconoció que la difusión no era automática. Los rasgos no podían difundirse si encontraban barreras ambientales, o si no eran aceptados por una cultura particular.

Debía existir un acomodo entre la cultura y el rasgo que se difundía en ella, y los rasgos tomados prestados se reelaborarían para encajar en la cultura que los adoptaba. El capítulo “Conflictos globales actuales” examina cómo los rasgos tomados a préstamo se indigenizan: se modifican para encajar en la cultura existente.

Aunque los rasgos pueden difundirse desde varias direcciones, Benedict subrayó que los rasgos culturales (de hecho, todas las culturas) tienen patrones o se integran de manera única. Su obra más famosa, Patrones de cultura (1934/1959), describe tales patrones culturales.

Mead también descubrió patrones en las culturas que estudió, incluidas Samoa, Bali y Papúa Nueva Guinea. Ella estaba particularmente interesada en cómo variaban las culturas en sus patrones de enculturación. Al resaltar la plasticidad de la naturaleza humana, vio a la cultura como una poderosa fuerza que creaba posibilidades casi infinitas.

Incluso entre sociedades vecinas, los diferentes patrones de enculturación podían producir tipos de personalidad y configuraciones culturales muy diferentes. El libro más conocido de Mead, aunque controvertido, es Coming of Age in Samoa (Adolescencia, sexo y cultura en Samoa, 1928/1961). Ella viajó a Samoa para estudiar ahí la adolescencia femenina, con la finalidad de compararla con el mismo periodo de vida en Estados Unidos.

Al sospechar de los universales biológicamente determinados, supuso que la adolescencia samoana diferiría del mismo periodo en Estados Unidos y que esto afectaría la personalidad adulta.

Al usar sus hallazgos etnográficos samoanos, Mead contrastó la aparente libertad sexual y la experimentación en Samoa con la represión de la sexualidad adolescente estadounidense. Sus descubrimientos apoyaron la visión boasiana de que la cultura, no la biología o la raza, determinan la variación en el comportamiento y la personalidad humanos.

El trabajo de campo posterior de Mead entre los arapesh, mundugumor y tchambuli de Nueva Guinea dio como resultado el libro Sex and Temperament in Three Primitive Societies (Sexo y temperamento en tres sociedades primitivas, 1935/1950).

En él documentó la variación en los rasgos de personalidad y comportamiento de hombres y mujeres a través de las culturas. Lo ofreció como mayor apoyo al determinismo cultural.

Como Benedict, Mead estaba más interesada en describir cómo las culturas estaban estructuradas o configuradas de manera única, que en explicar cómo llegaban a ser de esa manera.

Post Author: Entorno Estudiantil

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