CULTIVO

De acuerdo con la tipología de Cohen, las tres estrategias adaptativas basadas en la producción de alimentos en las sociedades no industriales son la horticultura, la agricultura y el pastoreo. En las culturas no occidentales, como también es cierto en las naciones modernas, la gente realiza diversas actividades económicas. Cada estrategia adaptativa se refiere a la principal actividad económica.

Los pastores, por ejemplo, consumen leche, mantequilla, sangre y carne de sus animales como sostén principal de su dieta. No obstante, también agregan granos a la dieta al realizar ciertos cultivos o por intercambio con los vecinos. Los productores de alimentos también pueden cazar o recolectar para complementar una dieta basada en especies domesticadas.

Horticultura

La horticultura y la agricultura son dos tipos de cultivo que se encuentran en las sociedades no industriales. Ambas difieren de los sistemas agrícolas de naciones industriales como Estados Unidos y Canadá, que usan grandes áreas de tierra, maquinaria y petroquímicos.

De acuerdo con Cohen, la horticultura es la forma de cultivo que no emplea de manera intensa cualesquiera de los factores de producción: la tierra, el trabajo, el capital y la maquinaria. Los horticultores usan herramientas simples como azadones y bastones para cavar, sus campos no son cultivados de manera continua y permanecen en barbecho durante periodos variables.

Con frecuencia, la horticultura involucra técnicas de roza y quema. En ella, los horticultores limpian la tierra al rozar (talar) y quemar los bosques o arbustos, o al prender fuego al pasto que cubre un terreno. La vegetación se descompone, se matan las plagas y las cenizas permanecen para fertilizar el suelo. Entonces se siembran los cultivos, se cuidan y cosechan.

El uso del terreno no es continuo. Con frecuencia se cultiva sólo durante un año. Sin embargo, esto depende de la fertilidad del suelo y de la maleza que compite por los nutrientes con las plantas que se cultivan. Cuando los horticultores abandonan un terreno por agotamiento del suelo o por una gruesa cubierta de maleza, limpian otro trozo de tierra, y el terreno original regresa a la selva.

Después de varios años de barbecho (la duración varía en diferentes sociedades), el cultivador regresa a trabajar nuevamente el terreno original. La horticultura también se llama traslaciones de cultivo. Tales traslados de terreno a terreno no significan que todo el poblado deba moverse cuando aquéllos se abandonan. La horticultura puede sostener grandes poblados permanentes.

Entre los kuikuru de la selva tropical sudamericana, por ejemplo, un pueblo de 150 personas permaneció en el mismo lugar durante 90 años (Carneiro, 1956). Las casas de los kuikuru son grandes y bien hechas. Puesto que el trabajo de la construcción es grande, los kuikuru prefieren caminar más lejos hacia sus campos que construir un nuevo poblado.

Cambian sus terrenos en lugar de sus asentamientos. El caso de los horticultores en la montaña (ladera andina) de Perú es distinto: viven en pequeños poblados de alrededor de 30 personas (Carneiro, 1961/1968), y sus casas son pequeñas y simples. Después de algunos años en un lugar construyen nuevos poblados cerca de tierra virgen.

Dado que sus casas son tan simples, prefieren reconstruirlas a caminar incluso medio kilómetro hacia sus campos. En este capítulo, la sección “Valorar el quehacer antropológico” se titula “Un mundo en llamas” y describe el impacto de la deforestación y el cambio climático en los nativos americanos que viven en el Parque Nacional Xingu de Brasil.

Tradicionalmente, la economía de subsistencia de los indígenas kamayurá (a quienes se dedicó la mencionada sección) combinó la pesca, la caza y la horticultura (principalmente basada en mandioca o casabe). Los kamayurá sabían cómo controlar sus propios cultivos de roza y quema.

Ahora los incendios forestales quedan fuera de control debido al clima más seco. Alguna vez la humedad impidió que la tierra se incendiaria, sin embargo, la selva se ha vuelto inflamable. En 2007, el Parque Nacional Xingu ardió por primera vez, y se destruyeron miles de hectáreas.

Agricultura

La agricultura es el tipo de cultivo que requiere más trabajo que la horticultura, porque usa la tierra de manera intensiva y continua. El uso común de animales domésticos, la irrigación y la construcción de terrazas, son evidencias de la mayor demanda de trabajo que se requiere en la agricultura.

Animales domesticados

Muchos agricultores usan animales como medio de producción: ya sea para el transporte, como máquinas de cultivo y por su abono. Generalmente, los granjeros asiáticos incorporan ganado y/o búfalos (carabaos) en las economías agrícolas basadas en la producción de arroz. Los cultivadores de arroz emplean ganado para apisonar campos inundados previamente labrados, y por tanto mezclan suelo y agua, previo al trasplante.

Antes de plantar o trasplantar muchos agricultores atan los animales a arados y rastras para la preparación del campo. Además, para aumentar la producción, los agricultores usualmente recolectan el abono de sus animales y lo usan para fertilizar sus terrenos. Los animales son amarrados a carretas para el transporte, así como para utilizar su trabajo como implemento de labranza.

Irrigación

Aunque los horticultores deben esperar la época de lluvias, los agricultores pueden programar su plantación por adelantado, puesto que controlan el agua.

En Filipinas, los ifugao, tal como otros expertos, irrigan sus campos con canales de ríos, arroyos, manantiales y represas. La irrigación posibilita el cultivo año tras año de un terreno; enriquece el suelo y lo convierte en un ecosistema único con muchas especies de plantas y animales, con organismos diminutos, cuyos desechos fertilizan la tierra.

Un campo irrigado es una inversión de capital que por lo general aumenta su valor. Toma tiempo que un campo comience a producir; y sólo alcanza plena productividad después de muchos años de cultivo. Los ifugao, como otros irrigadores, han cosechado los mismos campos durante generaciones.

Sin embargo, en algunas áreas agrícolas, incluido el Medio Oriente, las sales disueltas en el agua de irrigación pueden hacer que los campos no sean útiles después de 50 o 60 años.

Las terrazas

La formación de terrazas es otra técnica agrícola que dominan los ifugao. Su territorio cuenta con pequeños valles separados por colinas inclinadas. Dada la densidad de población, la gente necesita labrar las colinas. Si sólo plantan sobre las laderas inclinadas, el suelo fértil y los cultivos se deslavarían durante la época de lluvias. Para evitarlo, los ifugao cortan la ladera y construyen escalón tras escalón de campos en terrazas que se elevan sobre el suelo del valle.

Los manantiales que se ubican sobre las terrazas suministran el agua de riego. El trabajo necesario para construir y mantener un sistema de terrazas es grande. Las paredes de las terrazas se derrumban cada año y deben reconstruirse parcialmente. Los canales que llevan el agua a las terrazas también demandan atención.

Costos y beneficios de la agricultura

La agricultura requiere trabajo humano para construir y mantener sistemas de irrigación, terrazas y otras obras. La gente debe alimentar, dar de beber y cuidar a sus animales. Con la suficiente mano de obra y administración el terreno agrícola puede producir una o dos cosechas al año, durante años o incluso generaciones.

En un año un campo agrícola no necesariamente produce una cosecha mayor que un terreno hortícola. La primera cosecha de los horticultores en tierra barbechada durante mucho tiempo puede ser mayor que la de un terreno agrícola del mismo tamaño. Más aún, puesto que los agricultores trabajan más duro que los horticultores, la producción del agricultor en relación con el trabajo invertido también es más baja.

La principal ventaja de la agricultura es que la producción por área a largo plazo es mucho mayor y más confiable. Dado que año tras año, el mismo terreno sostiene a sus propietarios, no es necesario reservar una parte de tierra sin cultivar como lo hacen los horticultores. Por ello, las sociedades agrícolas tienden a estar más densamente pobladas que las hortícolas.

El continuo de cultivo

Puesto que las economías no industriales pueden presentar características tanto hortícolas como agrícolas, es importante estudiar a los cultivadores como ordenados a lo largo de un continuo de cultivo. Los sistemas hortícolas se encuentran en el extremo “poco trabajo, rotación de terrenos”; los agrícolas en el otro: “trabajo intenso, terreno permanente”.

Se habla de un continuo porque en la actualidad hay economías intermedias, que combinan características hortícolas y agrícolas: más intensivas que el traslado anual de la horticultura, pero menos intensiva que la agricultura.

A diferencia de los hortícolas no intensivos, quienes cosechan un terreno sólo una vez antes de dejarlo ocioso, los kuikuru sudamericanos cosechan dos o tres cultivos de mandioca, o casabe (un tubérculo comestible), antes de abandonar sus terrenos.

En áreas densamente pobladas, como en Papúa Nueva Guinea el cultivo es más intenso; durante dos o tres años siembran los terrenos y se les permite descansar de tres a cinco años, luego se vuelven a cultivar. Después de varios de estos ciclos, los terrenos se abandonan durante un periodo de barbecho más prolongado. Tal patrón se llama barbechado sectorial (Wolf, 1966).

Además de Papúa Nueva Guinea, tales sistemas ocurren en lugares tan distantes como África occidental y las tierras altas de México. El barbechado sectorial se asocia con poblaciones más densas que la horticultura simple. La principal diferencia entre horticultura y agricultura es que la primera siempre usa un periodo de barbecho, mientras que la agricultura no lo hace.

Los primeros cultivadores en el Medio Oriente y en México fueron horticultores dependientes de la lluvia. Hasta tiempos recientes, la horticultura era la principal forma de cultivo en muchas áreas, incluidas partes de África, el sureste asiático, islas del Pacífico, México, Centroamérica y la selva tropical sudamericana.

Post Author: Entorno Estudiantil

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