DESARROLLAR EL POTENCIAL DEL DEPORTE COMO HERRAMIENTA PARA EL DESARROLLO Y LA PAZ

El deporte es mucho más que un lujo o una forma de entretenimiento. El acceso al deporte y la participación en el mismo es un derecho humano y es básico para que los individuos de cualquier edad lleven una vida sana y plena. El deporte, desde el juego y la actividad física hasta el deporte de competición organizado, tiene un papel importante en todas las sociedades.

El deporte es fundamental para el desarrollo del niño. Enseña valores básicos tales como la cooperación y el respeto; mejora la salud y reduce el riesgo de desarrollar enfermedades; es una importante fuerza económica que proporciona empleo y contribuye al desarrollo local; y une a los individuos y las comunidades, superando barreras culturales y étnicas.

El deporte es una herramienta rentable para hacer frente a muchos retos en el ámbito del desarrollo y la paz, y ayuda a lograr los ODMs. El potencial del deporte como herramienta para el desarrollo y la paz todavía tiene que desarrollarse plenamente.

El uso del deporte continua fuera de la corriente dominante de pensamiento entre las agencies de las Naciones Unidas. Aunque se reconoce constantemente que el deporte y el juego son un derecho humano, no siempre son vistos como una prioridad e incluso se le llama el “derecho olvidado”.

El deporte es considerado como un producto derivado del desarrollo y no como un motor del mismo. Este informe demuestra por qué el deporte debe tener un papel más importante en la agenda del desarrollo.

Al demostrar la contribución que el deporte puede hacer cuando se usa de manera coordinada y estratégica, el informe desafía a las Naciones Unidas y a sus aliados a integrar el deporte en su trabajo. Además, trata de cosechar nuevos apoyos para estas iniciativas entre las organizaciones relacionadas con el deporte, los gobiernos y el sector privado, sugiriendo formas de avanzar conjuntamente con la sociedad civil.

EL ALCANCE DEL DEPORTE

Este informe considera el deporte en un sentido amplio. Incorporando a la definición de “deporte” todas las formas de actividad física que contribuyen al buen estado físico, el bienestar mental y la interacción social.

Entre estas formas de actividad física se incluye el juego, la recreación, el deporte organizado, informal o de competición; y los deportes o juegos autóctonos. El juego, especialmente entre los niños, es cualquier actividad física que sea divertida y participativa. A menudo es poco estructurada y no está bajo la dirección de los adultos.

La recreación es más organizada que el juego y normalmente implica actividades físicamente activas de tiempo libre. El deporte es todavía más organizado e implica una serie de reglas o costumbres y en ocasiones es competitivo. Lo más importante es que el juego, la recreación física y el deporte son todas actividades de elección libre que se practican por placer.

El concepto de “deporte para todos” es central para esta interpretación del deporte. Las iniciativas de “deporte para todos” tratan de potenciar al máximo el acceso a formas apropiadas de actividad física y la participación en las mismas.

El énfasis se pone en la participación y la inclusión de todos los grupos de la sociedad, independientemente de su género, edad, capacidad o raza. Dado que el Grupo de Trabajo hace hincapié en el “deporte para todos”, el deporte de competición de élite normalmente esta fuera del alcance de este informe, aunque en ocasiones se hace referencia al mismo.

El objetivo de las actividades de las Naciones Unidas que impliquen deporte no es la creación de nuevos campeones deportivos ni el desarrollo del deporte sino más bien el uso del deporte en distintas actividades de desarrollo y de paz.

Aunque en algunos casos dichas actividades puedan llevar al desarrollo del deporte, el principal resultado deseado es el de contribuir al desarrollo global a través de proyectos relacionados con el deporte.

POTENCIAR AL MÁXIMO LOS ASPECTOS POSITIVOS DEL DEPORTE

Muchos de los valores básicos inherentes al deporte son compatibles con los principios necesarios para el desarrollo y la paz, como es el caso del juego limpio, la cooperación, el compartir y el respeto.

Las habilidades para la vida que se aprenden a través del deporte ayudan a empoderar a los individuos y aumentar el bienestar psicológico, como por ejemplo aumentar la resistencia, la autoestima y las comunicación con otros. Estas características del deporte son beneficiosas para la gente de todas las edades, pero son especialmente importantes para el desarrollo saludable de los jóvenes.

No obstante, el deporte es un reflejo de la sociedad. Debe reconocerse que el deporte, como otros muchos aspectos de la sociedad, abarca al mismo tiempo algunos de los peores rasgos humanos, entre los que se incluyen la violencia, la corrupción, la discriminación, el vandalismo, el nacionalismo desmesurado, las trampas y el abuso de drogas.

Sin embargo, estos aspectos negativos del deporte de ninguna manera superan sus potenciales efectos positivos. Las Naciones Unidas tienen la habilidad de ayudar a los gobiernos y las comunidades a aprovechar los aspectos positivos del deporte y a canalizarlos de manera coordinada con el fin de alcanzar los ODMs.

EL DEPORTE Y EL DESARROLLO HUMANO SOSTENIBLE

El desarrollo humano sostenible es la noción de desarrollo principal de las Naciones Unidas, pues reconoce que el desarrollo va más haya del crecimiento económico. El desarrollo es el proceso de aumentar las opciones de las personas y las oportunidades disponibles para todos los miembros de la sociedad.

Basado en los principios de inclusión, equidad y sostenibilidad, subraya la importancia de aumentar tanto las oportunidades de la generación actual como de las generaciones venideras. Las capacidades humanas básicas que son necesarias para ello son “tener una vida larga y en salud, recibir enseñanza, estar informado, tener acceso a los recursos necesarios para alcanzar un nivel de vida aceptable, y poder participar en la vida de la comunidad a la que se pertenece”.

El deporte puede ayudar de forma directa a desarrollar estas aptitudes. Participar en una actividad deportiva implica beneficios físicos importantes, contribuye a la posibilidad de tener una vida larga y saludable, mejora el bienestar, aumenta la esperanza de vida y reduce la probabilidad de que se desarrollen varias de las enfermedades no transmisibles más graves, específicamente las enfermedades cardiacas, la diabetes y algunos canceres.

El deporte también aporta beneficios psicosociales, como el fomentar la integración social y enseñar mecanismos de control, así como beneficios psicológicos, como la reducción de la depresión y la mejora de la concentración.

El deporte incluso desarrolla las aptitudes humanas al aumentar el conocimiento y contribuir a la educación. La incorporación de la educación física en el currículum escolar y el ofrecer oportunidades de recreación aumenta la capacidad del niño para aprender, con pruebas que indican que también aumenta la asistencia y los resultados globales.

El deporte también instruye a las personas sobre su cuerpo, aumenta la conciencia y el respeto por sus cuerpos y los de los demás, lo que resulta básico para llevar una vida saludable y para la prevención de enfermedades, como el VIH/SIDA.

Así mismo, el practicar deportes al aire libre aumenta la conciencia y el respeto por el medio ambiente, enseñando a la gente la importancia de disponer de un entorno limpio y saludable. Además el deporte es un componente clave de la vida social, claramente atractivo para las comunidades. Reúne a la gente de una forma divertida y participativa. Ayuda a crear relaciones sociales y conexiones y a mejorar la comunicación entre los individuos y entre los grupos.

El deporte también moviliza a voluntarios y promueve la implicación activa de la comunidad, ayudando así a potenciar un capital social y a fortalecer el tejido social.

EL DEPORTE Y EL DESARROLLO ECONÓMICO

Aunque el deporte es básico para el desarrollo humano, también contribuye al desarrollo económico. El potencial económico del deporte se pone de relieve por su peso económico, que es el resultado de actividades tales como la producción de bienes deportivos, los eventos deportivos, los servicios relacionados con el deporte y los medios de comunicación. Por ejemplo, en el Reino Unido, el valor añadido por las actividades deportivas se calcula en un 1,7% del PIB, con una facturación en lo relacionado con el deporte comparable a la de las industrias automotriz o de alimentación.

Además de ser una fuerza económica por sí misma, el deporte también es un catalizador potencial del desarrollo económico. Una población físicamente activa es una población más sana, lo que aumenta la productividad de la población activa y el rendimiento económico. El deporte y la actividad física también proporcionan una de las formas más rentables de medicina preventiva, con el potencial de recortar de manera espectacular el gasto sanitario.

El deporte añade un extra al desarrollo económico al proporcionar un método barato para mejorar las posibilidades de encontrar empleo, sobre todo entre los jóvenes, al enseñarles aptitudes básicas para el trabajo, tales como el trabajo en equipo, el liderazgo, la disciplina y el valor del esfuerzo, les proporciona una actividad constructiva que ayuda a reducir los niveles de delitos juveniles y el comportamiento antisocial y, en algunos casos el trabajo infantil, pues proporciona un sustituto valioso ante el trabajo.

El deporte también puede ser un motor para el desarrollo de la economía social y la creación de empleo. Los programas deportivos proporcionan oportunidades de empleo y también estimulan la demanda de bienes y servicios.

El deporte también es una importante fuente de gasto público y privado, como el gasto en infraestructura y en consumo, durante los grandes eventos. Juntos, estos factores se traducen en que el deporte tiene un gran potencial para iniciar el desarrollo económico.

DEPORTE Y PAZ

Los vínculos potenciales entre el deporte y la paz también son muy fuertes. Desde los eventos internacionales hasta las bases, el deporte une a la gente de manera que se pueden superar límites y echar abajo barreras, haciendo del terreno de juego un espacio sencillo y a menudo apolítico para que se den contactos entre grupos contrarios. Por consiguiente, el deporte puede ser un foro ideal para reanudar el diálogo social y superar las divisiones, destacando las semejanzas entre las personas y acabando con los prejuicios.

La popularidad del deporte y su poder de convocatoria contribuye aún más a que el deporte sea una voz poderosa para transmitir mensajes de paz y un espacio para actos públicos simbólicos tanto en el ámbito global como local.

El deporte es un elemento eficaz en las iniciativas con base en la comunidad cuyo objetivo es desarrollar una paz sostenible. Las aptitudes y los valores aprendidos a través del deporte son en gran parte las mismas aptitudes y valores que se enseñan en la educación para la paz para resolver conflictos y prevenirlos y para crear condiciones que lleven a la paz, desde el plano interpersonal hasta el internacional.

Las actividades deportivas bien trabajadas enseñan respeto, honestidad, comunicación, cooperación, empatía, y cómo y por qué cumplir las reglas. El deporte ofrece una forma impactante de transmitir estos valores, en especial a los jóvenes, de forma divertida y participativa.

Para los refugiados, desplazados, huérfanos y ex niños soldado, el deporte ofrece una sensación de normalidad que estructura los entornos desestabilizados, y sirve como un medio para canalizar energías de forma positiva.

EL DEPORTE COMO DERECHO HUMANO

El deporte es más que un método práctico para lograr el desarrollo y la paz. La oportunidad de participar y disfrutar del deporte y el juego es un derecho humano que debe promoverse y apoyarse. Por lo tanto, el deporte y el juego no son sólo un medio, sino también un fin en sí mismos.

Aunque la Oficina del Alto Comisionado de Derechos Humanos (ACNUCH) no estaba representada en el Grupo de Trabajo, no obstante, hubo consenso acerca de la importancia de revisar el derecho al deporte y al juego, en especial dada su importancia en varios instrumentos claves utilizados por la agencias involucradas.

Que el deporte es un derecho humano está explícitamente expresado en el artículo 1 de la Carta Internacional de la Educación Física y el Deporte adoptada por la UNESCO en 1978. La carta estipula que: “Todo ser humano tiene el derecho fundamental de acceder a la educación física y al deporte.” Y destaca que toda persona tiene derecho a participar del deporte, incluyendo en especial a las mujeres, los jóvenes, las personas de edad y los discapacitados. Asimismo, el derecho del niño al juego se consagra en el artículo 31 de la Convención sobre los Derechos del Niño, que reconoce “el derecho del niño al descanso y el esparcimiento, al juego y las actividades recreativas propias de su edad”.

Este artículo continúa planteando que los niños no sólo tienen derecho al juego, sino que también tienen derecho a que les proporcionen oportunidades de juego, y exige a los Estados que propicien “oportunidades apropiadas, en condiciones de igualdad, de participar en la vida cultural, artística, recreativa y de esparcimiento”.

Otros tantos instrumentos de Naciones Unidas también reconocen la importancia del acceso al deporte y la participación en el mismo, como es el caso de la Convención para la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación contra la Mujer. Asimismo, los Convenios de la OIT N°. 138 y 182 relativos al trabajo infantil exigen a los Gobiernos que establezcan políticas para la rehabilitación de los niños trabajadores.

En estos casos, el deporte se considera una herramienta política eficaz. A pesar de la existencia de estos instrumentos internacionales a menudo se niega el derecho al deporte y al juego. En muchos casos esto es consecuencia de la discriminación, en especial por género y aptitud. Con frecuencia también se debe al abandono político, a pesar de la importancia del deporte para la sociedad, lo que queda de manifiesto por la disminución del gasto en educación física y la falta de espacios apropiados y de recursos necesarios para el deporte.

No obstante, el hecho de que el acceso al deporte y el juego y la participación en los mismos son derechos humanos, da lugar a la responsabilidad de asegurar que estos derechos se respeten. Impone a los gobiernos, al sistema de las Naciones Unidas y a otros el asegurarse de que la oportunidad de participar del deporte y el juego existe, permitiendo así a las personas disfrutar de su derecho al deporte y el juego. Quizás ACNUCH desee adentrarse más en estos temas y en el potencial del deporte para promover el respeto por los derechos humanos.

Post Author: Entorno Estudiantil

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