El colonialismo

La colonización española de América comenzó con el viaje de Cristóbal Colón en 1492. Los comerciantes y refugiados religiosos británicos llegaron al Nuevo Mundo un siglo después. Sin embargo, la era de la colonización europea no terminó en el siglo XVII y no se limitó a América. Los mercaderes y colonizadores británicos en la era de los exploradores viajaron por todo el planeta, fundando asentamientos nuevos en la India, China y las islas del océano Pacífico.

A finales del siglo XIX, las principales potencias europeas (Francia, Reino Unido y Alemania) «descubrieron» África. En el transcurso de unas pocas décadas, las principales naciones europeas se repartieron ese continente y sometieron a su población indígena al control colonial. Francia se apoderó de amplios territorios de la zona occidental, mientras que Reino Unido ejercía su control sobre el sur y la mayor parte de la región oriental. Por su parte, Alemania, Portugal y Bélgica se interesaron por áreas más reducidas.

La avaricia desmedida unida al deseo de propagar la civilización occidental encendió la chispa que puso en marcha la imaginación de los poderes coloniales europeos. Equipados con nuevas tecnologías como el ferrocarril, que les permitía allanar el camino de los inabarcables espacios africanos, Occidente se preparó para hacerse con las riendas de los recursos del continente. En las poco acertadas palabras del poeta británico Rudyard Kipling, los imperios europeos asumieron con egoísmo la carga del hombre blanco» de difundir la civilización y conseguir considerables beneficios a cambio.

Para los habitantes indígenas, la llegada de los colonizadores puso un verdadero desastre. Eran muchos los europeos que considera que los africanos negros no eran prácticamente seres humanos y exterminaron a gran parte de esta población. En la conocida obra de José Conrad El corazón de las tinieblas (1902) se ilustra cómo la colonización convirtió a los europeos supuestamente civilizados en verdaderos monstruos que explotaban y masacraban a los africanos.

En algunos territorios murieron millones de personas. En el Congo belga se calcula que diez millones de indígenas fueron explotados hasta la muerte; en el África sudoccidental bajo control alemán toda una población fue víctima exterminio por rebelarse contra el gobierno colonial. Los europeos no acabaron con su dominio de África hasta el final de la Segunda Guerra Mundial; tras de sí dejaron un continente destrozado y empobrecido.

Post Author: Entorno Estudiantil

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