El deporte y el VIH/SIDA

La pandemia del VIH/SIDA es una de las mayores amenazas para la vida, la dignidad y el disfrute de los derechos humanos. ONUSIDA calcula que unos 42 millones de personas viven con VIH/SIDA; el 90% en países en desarrollo, y el 75% de los mismos en el África Subsahariana. Catorce millones de niños han perdido a uno o ambos progenitores por esta enfermedad.

El alcance de la devastación causada por esta pandemia la convierte en algo más que un tema de salud. El VIH/SIDA tiene consecuencias importantes en el desarrollo económico, la cohesión social y la seguridad, y así resuena en toda la sociedad. Por consiguiente, todos los aspectos de la sociedad civil, incluido el deporte, deben movilizarse para la batalla global frente a VIH/SIDA.

EL IMPACTO DEL DEPORTE EN EL VIH/SIDA

El deporte puede ser un vehículo para ayudar a mitigar la propagación y el impacto del VIH/SIDA. Los cuatro pilares necesarios para una programación eficaz frente al VIH/SIDA son el conocimiento, las habilidades para la vida, el proporcionar un entorno seguro y de apoyo y el acceso a servicios.

La naturaleza del deporte y los beneficios que se derivan del mismo cuando se incorpora a iniciativas de desarrollo lo hacen adecuado para apoyar estos cuatro pilares. Los grupos con mayor riesgo de contraer la enfermedad, las mujeres y los jóvenes, especialmente las niñas, son muy receptivos a las iniciativas deportivas dirigidas a ellos (véase “Deporte y Desarrollo Social”).

Conocimiento: Los entrenadores y líderes de los programas deportivos están bien situados para incorporar actividades de prevención de VIH/SIDA en los programas deportivos. Los jóvenes que practican deporte normalmente tienen una relación especial y de confianza con sus entrenadores, a menudo diferente de otras relaciones con adultos.

Este detalle coloca a los entrenadores en una buena posición para tratar temas sensibles, en especial de sexo, lo que es necesario para enseñar de forma eficaz prevención frente al VIH/SIDA y para cuidar de aquellos miembros que sean seropositivos.

Habilidades para la vida: Los programas deportivos bien diseñados enseñan las habilidades básicas para la vida que son necesarias para la protección y prevención frente al VIH/SIDA, aumentando así la efectividad de la incorporación del deporte (véase “Deporte y Educación”).

Los estudios muestran, por ejemplo, que cuando las adolescentes participan en actividades deportivas, desarrollan un sentido de la propiedad de sus propios cuerpos y de respeto por los mismos, que las anima a retrasar la actividad sexual.

Un entorno seguro y de apoyo: Dadas la naturaleza informal, social y divertida del deporte y el juego, el campo de juego puede transformarse fácilmente en un entorno seguro e imprescindible para desarrollar programas y actividades eficaces frente al VIH/SIDA.

El deporte proporciona un foro para hablar abiertamente de la enfermedad, su transmisión y la erradicación de los estigmas y la discriminación asociados a la misma. En concreto, esto resulta especialmente eficaz en el cuidado y apoyo a los huérfanos y a otros niños vulnerables, para los cuales el deporte no sólo les proporciona una estructura y conexiones con otros sino también un espacio para expresarse y la oportunidad de jugar.

Acceso a servicios: El deporte está bien situado para aumentar el conocimiento, proporcionar habilidades para la vida y crear un ambiente seguro. Además, es un punto ideal para acceder a servicios, en especial para los jóvenes. La colaboración con organizaciones deportivas puede llevar a aprovechar la red de clubes, voluntarios y canales de comunicación existentes, ya que proporcionan un medio para captar a un gran número de personas rápidamente.

● “Kicking AIDS Out” (Echando el SIDA afuera) es una red regional de organizaciones del sur de África que utiliza el deporte para fortalecer a las comunidades. Ofrece actividades deportivas sostenibles para aumentar la concienciación sobre el VIH/SIDA, proporcionar formación en liderazgo para jóvenes en situación de riesgo y ofrecer actividades alternativas, seguras y saludables.

La efectividad del deporte para la comunicación y la movilización social (véase “Deporte y Comunicación”) lo convierten en una herramienta muy eficaz para aumentar la concienciación del público en general acerca del VIH/SIDA. Las ligas y los partidos unen a las comunidades, lo que proporciona un espacio ideal para campañas de información pública sobre prevención y protección y se llega a gran cantidad de personas de distinto origen y edad.

Además, las asociaciones que se dedican de verdad al deporte y la percepción cada vez mayor de que están apartadas de la política formal hacen que estos mensajes tengan el potencial de llegar a poblaciones a las que de otra forma no se llegaría.

También, la naturaleza participativa del deporte lo convierte en un medio poderoso para disipar malentendidos acerca de la enfermedad y para echar abajo los estigmas y la discriminación asociados a la misma. La información acerca del VIH/SIDA no se está conociendo y en especial, no está siendo asimilada por los adolescentes.

Por lo tanto, es importante explorar nuevas e innovadoras formas para transmitir los mensajes de prevención. Las profundas raíces del deporte en las comunidades y su atracción para los jóvenes, lo convierten en un foro positivo para implementar programas de prevención de VIH/SIDA.

● El FNUAP apoya al Consejo Cristiano de Botswana y al Consejo Deportivo Nacional de Botswana como parte de sus esfuerzos por promover la salud reproductiva y la prevención frente al VIH/SIDA entre los adolescentes.

Estas dos instituciones sociales fueron escogidas por su gran influencia en los jóvenes y por los altos niveles de participación juvenil en las mismas, y se destaca el poder del deporte para tratar el tema del VIH/SIDA.

EL IMPACTO DEL VIH/SIDA EN EL DEPORTE

El impacto del VIH/SIDA en el mundo del deporte podría ser dramático, en especial en los países con tasas altas. La infección por VIH se concentra en los jóvenes y en la población en edad de trabajar, los mismos grupos que participan más del deporte.

Las organizaciones deportivas en los países con altas tasas de incidencia se tendrán que enfrentar cada vez más al hecho de que sus atletas, entrenadores, personal y miembros enfermarán y morirán. Ya las ausencias por VIH/SIDA, debidas a las personas que enferman, acuden a funerales o cuidan de miembros familiares enfermos, está afectando a muchos cuerpos deportivos y está amenazándoles con el colapso organizacional.

Al tiempo que todas las organizaciones de los países con altas tasas de incidencia se enfrentan a esta amenaza, las organizaciones deportivas, como los grupos con base en la comunidad y las ONGs, son especialmente vulnerables, dado que a menudo dependen de personas especializadas y voluntarios a los que resulta difícil remplazar.

Ante este panorama, las organizaciones deportivas necesitan planificar su respuesta. Esta puede incluir ideas innovadoras a la hora de reclutar a nuevos miembros, personal, entrenadores y voluntarios. Sin embargo, también debe incluir el trabajar con el personal existente para ayudar a prevenir la propagación de la enfermedad y mitigar su impacto sobre aquellos que ya están infectados o afectados personalmente.

Los deportistas seropositivos deben sentir que están en “refugios seguros” en sus organizaciones deportivas.

● La OIT, junto con ONUSIDA, ha desarrollado un “Código Práctico sobre VIH/SIDA y el Mundo Laboral”, así como “La Caja de Herramientas para Jóvenes Trabajadores sobre VIH/SIDA”, un valioso recurso para las organizaciones deportivas.

CONSIDERACIONES CLAVE EN RELACIÓN CON EL DEPORTE Y EL VIH/SIDA

■ Las organizaciones y asociaciones deportivas deben incorporarse a la lucha global contra el VIH/SIDA y participar activamente como aliados del sistema de las Naciones Unidas.

■ Los programas deportivos cuyo objetivo sea abordar el tema del VIH/SIDA deben incluir todos los elementos necesarios para una programación eficaz sobre VIH/SIDA, en especial los cuatro pilares: conocimiento, habilidades para la vida, un entorno seguro y de apoyo, y acceso a los servicios.

 ■ Hay que darse cuenta de la gran capacidad de las iniciativas de deporte para el desarrollo tanto en el ámbito internacional como en el local, con el fin de aumentar la concienciación sobre la enfermedad y los conocimientos sobre prevención y de abordar directamente el tema de la estigmatización y la discriminación de forma positiva y participativa.

■ Los organizadores de programas de prevención de VIH/SIDA basados en el deporte deben estar bien formados en los temas relacionados con el VIH/SIDA además de saber entrenar y cómo trabajar con jóvenes. Se debe preparar un programa de estudios genérico sobre VIH/SIDA para los entrenadores, preparadores y otras personas involucradas en el mundo deportivo para que se adapte localmente.

Post Author: Entorno Estudiantil

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *