El romanticismo

El romanticismo fue un amplio movimiento artístico e intelectual que floreció en Europa y Estados Unidos durante la primera mitad del siglo XIX. Surgió como reacción al racionalismo, la exactitud y la moderación que habían predominado en el panorama intelectual occidental en el siglo XVIII con la Ilustración. Nada más nacer echó raíces en múltiples campos como la literatura, el arte y la música.

Los pensadores ilustrados valoraban el pensamiento empírico y racional, mientras que los románticos sostenían que los verdaderos referentes a tener en cuenta debían ser los sentimientos y la pasión, en lugar de la razón o el intelecto. La literatura romántica loa la creatividad, la imaginación, los sentidos y el rechazo de las convenciones en favor de la visión particular de cada individuo, un enfoque que el poeta romántico inglés William Blake resumió en su famosa declaración: «Debo crear un sistema o seré esclavo del de otro hombre». Como es lógico, muchas obras de la literatura romántica muestran una fascinación por los personajes anómalos o incomprendidos, como los genios o los locos. Estos caracteres suelen ser grotescos, como el monstruo de Frankenstein (1818), de Mary Shelley, o simplemente están marginados de la sociedad, como Edmond Dantès, que es hecho prisionero injustamente en El conde de Montecristo (1844-1845), de Alejandro Dumas.

El origen del romanticismo literario suele fecharse en 1798, cuando los poetas ingleses William Wordsworth y Samuel Taylor Coleridge publicaron una colección conjunta de poemas titulada Baladas líricas. En 1800, Wordsworth añadió un prólogo enormemente influyente a la colección en el que definía la poesía como un «desbordamiento espontáneo de sentimientos intensos». Este flagrante rechazo de la razón se convirtió en el grito de guerra del movimiento romántico.

Los primeros representantes de la literatura romántica fueron los poetas ingleses Blake, Wordsworth y Coleridge, junto con John Keats, Percy Bysshe Shelley y Lord Byron. Poco después, el romanticismo ya había calado en la prosa y se había extendido a otras partes de Europa, donde dejó ver su influencia en novelas de la talla de El jorobado de Notre-Dame (1831), de Percy Bysshe . A continuación, cruzó el Atlántico; los escritores trascendentalitas estadounidenses adoptaron la exaltación de los románticos por la naturaleza. De hecho, la mayoría de los representantes de la literatura estadounidense de mediados del siglo XIX —Edgar Alian Poe, Nathaniel Hawthorne y Hermán Melville, entre otros— se sumergieron sin tapujos en la tradición romántica.

A finales del siglo XIX, el romanticismo dejó paso al realismo, que se filtró a través de obras como Madame Bovary (1857), de Gustave Flaubert. Sin embargo, siguió ejerciendo una influencia significativa en las obras más famosas del panorama occidental.

OTROS DATOS DE INTERÉS

1. El romanticismo también caló en la música del siglo XIX, enraizado en las apasionadas y emotivas piezas de Ludwig van Beethoven. Entre los compositores románticos más destacados se cuentan Frédéric Chopin, Richard Wagner y Piotr llich Chaikovki.

Post Author: Entorno Estudiantil

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