¿Te sientes deprimido y sin rumbo después del rechazo?
Todos son rechazados de vez en cuando. Es posible que no consigamos un trabajo o un ascenso, obtengamos un "no" de una fecha potencial o escuchemos que nuestra idea no es tan grande como pensábamos. El rechazo es parte de la vida, dolorosa, sin duda, pero puede llevarnos por el camino equivocado si cometemos ciertos errores cuando nos rechazan.
Estas son algunas reacciones comunes que debemos evitar cuando nos enfrentamos al rechazo.
Perdemos la confianza.
El primer y tal vez más significativo error es dejar que un rechazo desafíe toda nuestra confianza. Podríamos sentir que un solo NO invalida todos nuestros esfuerzos, pero esta es una percepción equivocada.
Sólo porque a alguien no le guste lo que hacemos, no significa que sea malo. Sólo significa que es posible que tengamos que encontrar otro público para ello o modificar el trabajo existente.
Es importante aumentar nuestra confianza basándonos en nuestro propio esfuerzo y evaluación de nuestro trabajo.
Dejamos de buscar oportunidades. Otra reacción común a conseguir un "no" es que asumimos que el "no" es global. Creemos que no tiene sentido buscar otras opciones porque seguramente seremos rechazados en todas partes. Pero esta no es una decisión racional.
Cada uno tiene diferentes preferencias, gustos y posibilidades. Alguien podría darnos la reacción que esperamos si seguimos buscando. Un rechazo no significa rechazo universal, y no debemos asumir que sí.
Dudamos de nosotros mismos.
Otra cuestión es que empecemos a dudar de nosotros mismos. Podríamos sentir que el rechazo está justificado, nuestra idea es mala, somos malos, no debemos intentarlo de nuevo. Pero eso no significa que no seamos lo suficientemente buenos.
Podríamos encontrar la misma oportunidad en otro lugar o la próxima vez o en otro contexto porque el rechazo no viene como una señal de que nuestra idea es basura. Podría estar asociado con las circunstancias de la otra persona, sus propios gustos o disgustos, el clima político actual, etc.
Un rechazo no es un reflejo del valor intrínseco de lo que hacemos, más bien, de lo apropiado que es para una persona o situación específica.
Nos conformamos con menos.
Una vez que nos rechazan, puede dañar nuestra autoestima, y podría hacernos pensar que nuestro trabajo es menos valioso.
A su vez, es posible que tengamos que conformarnos con algo que no coincida con nuestra expectativa porque sentimos que no podemos mejorar nada. Sin embargo, esta es otra suposición irracional. Cuando nos conformamos, demostramos que no nos valoramos lo suficiente y que podríamos perder grandes oportunidades.
Nunca debemos dejar de buscar una mejor opción hasta que sintamos que realmente funciona para nosotros.
Nos sentimos amargados
Una de las peores mentalidades que podemos desarrollar después de un rechazo es amarga, donde sentimos que somos incomprendidos o que a otros no les gustamos. Esto apaga nuestros intentos de seguir tratando, de seguir buscando, de mejorar.
En cambio, dejamos de intentarlo y adoptamos una actitud hostil que es destructiva para nuestro bienestar y nuestra creatividad.
Dejamos de compartir.
El aislamiento puede sentirse como la opción más segura después de un rechazo. Después de todo, si no compartimos nuestras ideas, nadie puede hacernos sentir mal por ellas, ¿verdad?
Siempre tenemos miedo de compartir porque no tenemos miedo de la respuesta, sino de la sensación de rechazo. Sin embargo, esto significa que nos cerramos a nuevas oportunidades, oportunidades de recibir valiosos comentarios y dar a conocer nuestras ideas al mundo.
El rechazo duele, pero eso no significa que tengamos que dejar de ser vulnerables, ya que a menudo es la única manera de avanzar. Cerrarnos puede hacernos más seguros, pero no nos llevará más cerca del éxito.
El rechazo es parte de la vida cotidiana, y tenemos que manejarlo constructivamente. ¿Qué podemos hacer para mejorar? ¿Hay alguna lección que aprender? ¿Quién podría apreciar lo que tenemos para ofrecer? Usar el rechazo como una oportunidad para mejorar y seguir intentándolo es lo mejor que podemos hacer.
"La mayoría de los temores de rechazo descansan en el deseo de aprobación de otras personas. No bases tu autoestima en sus opiniones".
