La escucha activa implica tres actividades:
Recibir el mensaje, lo que implicar prestar atencion a algunos aspectos del clinte tales como: Comunicación no verbal y vocal, Comunicación verbal y Actitud hacia el terapeuta y la terapia.
Procesar los datos atendidos, es decir, saber discriminar las partes importantes y establecer su significado.
Emitir respuestas de escucha.
Algunos obstáculos para la escucha eficaz son :
a) no tener interés por el cliente o sus problemas;
b) la tendencia a juzgar los mensajes del cliente;
c) experimentar reacciones emocionales ante el comportamiento del paciente (p.ej., ansiedad, frustración, enfado) que resulta difícil controlar;
d) distracciones asociadas con las propias preocupaciones;
e) interrumpir al cliente de forma innecesaria;
f) no respetarlos temas que son importantes para el cliente;
g) la tendencia a formular hipótesis firmes con pocos datos y a atender selectivamente a los datos que las confirman;
h) la tentación de responder a la información que el cliente todavía no ha comunicado formulando preguntas antes de tiempo;
i) realizar interpretaciones u ofrecer sugerencias de forma prematura;
j) la presión que uno se impone para resolver problemas o encontrar respuestas;
k) variables situacionales como el exceso de calor o frío, el ruido o la hora del día; y
l) no encontrarse bien o sentirse cansado.