Funcionalismo

Otro reto al evolucionismo (y al particularismo histórico) vino de Gran Bretaña. El funcionalismo pospuso la búsqueda de los orígenes (mediante la evolución o la difusión) y en su lugar se enfocó en el papel de los rasgos y las prácticas culturales en la sociedad contemporánea. Las dos principales corrientes del funcionalismo se asocian con Alfred Reginald Radcliffe-Brown y Bronislaw Malinowski, antropólogo polaco que enseñó principalmente en Gran Bretaña.

Malinowski

Tanto Malinowski como Radcliffe-Brown se enfocaron en el presente más que en la reconstrucción histórica. Malinowski realizó trabajo de campo pionero entre grupos vivos. Por lo general es considerado el padre de la etnografía en virtud de sus años de trabajo de campo en las islas Trobriand. Malinowski fue un funcionalista en dos sentidos.

En el primero, enraizado en su etnografía, creyó que todas las costumbre e instituciones en la sociedad estaban integradas e interrelacionadas, de modo que si una cambiaba, las otras también lo harían. Cada una, entonces, era una función de las otras. Un corolario de esta creencia fue que la etnografía podía comenzar en cualquier parte y eventualmente llegaría al resto de la cultura.

Por ende, un estudio de la pesca en Trobriand con el tiempo conduciría al etnógrafo a estudiar todo el sistema económico, el papel de la magia y la religión, los mitos, el comercio y el parentesco. La segunda corriente del funcionalismo de Malinowski se conoce como funcionalismo de necesidades.

Malinowski (1944) creyó que los humanos tenían un conjunto de necesidades biológicas universales, y que desarrollaban costumbres para satisfacerlas. La función de cualquier práctica era el papel que jugaba para cubrir tales necesidades biológicas universales por alimento, sexo, refugio, etcétera.

Historia conjetural

De acuerdo con Radcliffe-Brown (1962/1965), aunque la historia es importante, la antropología social nunca podría esperar descubrir las historias de la gente sin escritura. (En Gran Bretaña, a la antropología cultural se le llama antropología social.) Desconfiaba tanto de las reconstrucciones evolutivas como de las difusionistas.

Puesto que toda la historia era conjetural, Radcliffe-Brown urgió a los antropólogos sociales a centrarse en el papel que juegan hoy determinadas prácticas particulares en la vida de las sociedades. En un famoso ensayo, Radcliffe-Brown (1962/1965) examinó el papel prominente del hermano de la madre entre los ba thonga de Mozambique.

Un sacerdote evolucionista que trabajó en Mozambique anteriormente había explicado el papel especial del hermano de la madre en esta sociedad patrilineal como una supervivencia de un tiempo en el que la regla de filiación había sido matrilineal. (Los evolucionistas unilineales creían que todas las sociedades humanas pasaban por una etapa matrilineal.)

Puesto que RadcliffeBrown creía que la historia de la sociedad ba thonga sólo podía ser conjetural, explicó el especial papel del hermano de la madre con referencia a las instituciones del presente en lugar de la sociedad pasada de los ba thonga. Radcliffe-Brown afi rma que la antropología social es una ciencia sincrónica, más que diacrónica; es decir: estudia las sociedades tal como existen en la actualidad (sincrónica, en un momento) en lugar de a través del tiempo (diacrónica).

Funcionalismo estructural

El término funcionalismo estructural se asocia con Radcliffe-Brown y Edward Evan Evans-Prit-chard, otro prominente antropólogo social británico. Este último es famoso por muchos de sus libros, incluido The Nuer (Los nuer, 1940), un clásico de la etnografía que muestra de forma clara los principios estructurales que organizaron la sociedad nuer en Sudán.

De acuerdo con el funcionalismo y el funcionalismo estructural, las costumbres (prácticas sociales) sirven para preservar la estructura social. En la perspectiva de Radcliffe Brown, la función de cualquier práctica es lo que ésta aporta para mantener el sistema del que forma parte.

Ese sistema posee una estructura cuyas partes trabajan o funcionan para mantener el todo. Radcliffe-Brown vio que los sistemas sociales eran comparables a sistemas anatómicos y fisiológicos. Los órganos y los procesos fisiológicos funcionan para mantener el cuerpo sin problemas. Del mismo modo, pensó, las costumbres, las prácticas, los roles sociales y el comportamiento sirven para mantener el sistema social en operación.

Dr. Pangloss versus conflicto

Dada esta sugerencia de armonía, algunos modelos funcionalistas se han criticado como panglosianos, por referencia al doctor Pangloss, un personaje del Cándido de Voltaire, quien se sentía orgulloso de proclamar que este “era el mejor de todos los mundos posibles”.

El funcionalismo panglosiano denota la tendencia a ver las cosas en funcionamiento no sólo para mantener el sistema, sino para hacerlo en la forma más óptima posible, de modo que cualquier desviación de la norma sólo lo dañaría. Un grupo de antropólogos sociales británicos que trabajaba en la Universidad de Manchester, denominados la Escuela de Manchester, son bien conocidos por su investigación de las sociedades africanas y por sus diferencias con la visión panglosiana sobre la armonía social.

Los antropólogos de Manchester Max Gluckman y Victor Turner hicieron del conflicto una parte importante de su análisis, como cuando Gluckman escribió acerca de los rituales de rebelión. Sin embargo, la Escuela de Manchester no abandonó por completo el funcionalismo. Sus miembros examinaron cómo se regulaban y disipaban la rebelión y el conflicto, lo que en consecuencia mantenía al sistema.

El funcionalismo persiste

Prevalece una perspectiva funcionalista que señala que existen sistemas sociales y culturales y que sus elementos, o partes constituyentes, se encuentran funcionalmente relacionadas (son funciones una de otra), de modo que varían simultáneamente: cuando una parte cambia, las otras también cambian.

También perdura la idea de que algunos elementos, con frecuencia los económicos, son más importantes que otros. Pocos negarían, por ejemplo, que los cambios económicos significativos que se han dado debido a la inserción de las mujeres al trabajo asalariado han conducido a trasformaciones en la familia y la organización del hogar, y en variables relacionadas como la edad de concertar matrimonio y la frecuencia de los divorcios.

Los cambios en los arreglos laborales y familiares afectan entonces a otras variables, como la frecuencia de asistencia a la iglesia, que ha decaído en Estados Unidos y Canadá.

Post Author: Entorno Estudiantil

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