FUNDAMENTOS DE LA PSICOTERAPIA GESTÁLTICA

Hay una serie de premisas que son las que caracterizan la forma de actuar de la psicoterapia gestáltica.

LA PRIMERA y fundamental es que no son los pedacitos y piezas que forman la teoría lo principal y más importante, sino que es más bien el modo como son organizados y usados estos pedacitos lo que le da singularidad a esta teoría, pues algunos de los elementos que se encuentran en esta terapia se pueden encontrar en otros enfoques psicológicos. Lo mismo sucede con el análisis de las conductas: no trata de ver los porqués sino los cómo. Sólo cuando el individuo se da cuenta de lo que hace y de cómo lo hace está capacitado para cambiar su conducta. Los porqués tienen el gran peligro de quitarnos la responsabilidad de nuestras conductas y, por lo tanto, mantenernos más fijados a ellas.

Perls (1974) definió esta premisa del siguiente modo: “Es la organización de hechos, percepciones, conductas y fenómenos, y no los elementos individuales de los que se componen, lo que les define y les da su significado específico y particular".

Este concepto ya fue desarrollado por los psicólogos alemanes que trabajaron en el campo de la percepción. Ellos fueron los primeros que demostraron que el hombre no percibe las cosas como entidades aisladas y sin relación, sino que más bien las organiza mediante un proceso perceptivo, inconsciente y personal, en totalidades con significado. El ejemplo siguiente puede ilustrar este fenómeno de cómo organizamos y percibimos el mundo en función de nuestra personalidad y nuestras necesidades.

Imaginemos que una persona entra en una sala llena de gente. Al entrar no percibe solamente manchones sin sentido, colores entremezclados, etc., sino que percibe la sala y las personas como una unidad en la cual un elemento puede resaltar del resto pasando a ser este elemento la figura y el resto el fondo.

Es decir, que mientras haya interés, la escena aparece organizada. Sólo cuando el interés está totalmente ausente, la percepción se atomiza y la sala se ve como un enjambre de objetos sin ninguna relación. Por tanto, lo que da lugar a una percepción organizada depende también del interés que la persona pone en la acción. Y este interés está en función de cada persona.

Pensemos, por ejemplo, si entra en esa misma sala una persona que en situaciones sociales necesita beberse una copa antes de acercarse a los demás. Todo carecerá de importancia; sólo una cosa tendrá para él interés: el bar. Así pues, el bar se convertirá en figura, mientras que el resto de la sala, junto con las demás personas y objetos que la ocupan, pasará a ser el fondo.

LA SEGUNDA premisa es la de la homeostasis. Nuestra vida y todo nuestro comportamiento son dirigidos por el proceso que los científicos llaman la homeostasis, y que otros llaman adaptación. Nosotros pensamos que son procesos diferentes. La homeostasis es el proceso mediante el cual el organismo mantiene su equilibrio, y por tanto su salud, en medio de condiciones que varían continuamente, ya que tampoco el medio es estático, sino que está también en continuo cambio al igual que la persona.

Así pues, la homeostasis es el pro ceso mediante el cual el organismo mantiene su equilibrio en medio del ambiente que le rodea y que le sirve para satisfacer sus necesidades. Y como cada necesidad altera en pequeña o en gran medida el equilibrio del organismo según el tiempo transcurrido en satisfacer cualquier necesidad-, el proceso homeostático está continuamente ocurriendo. Cuando este proceso falla, el organismo entra en un estado de desequilibrio, y si este desequilibrio perdura durante un tiempo excesivamente prolongado, enfermará.

Un ejemplo sencillo de este proceso es el siguiente: el organismo necesita una cierta cantidad de agua para estar sano; si esa cantidad de agua disminuye mucho, la transpiración, la salivación y la producción de orina se verán disminuidas, siendo los tejidos los encargados de cederle el agua a la sangre. Pues bien, cuando disminuye demasiado el agua en el organismo la persona siente sed. Para ello el organismo se procurará la cantidad de agua que restituya el nivel adecuado a su necesidad.

A partir de aquí, Perls (1974) identifica el proceso homeostático con el proceso de autorregulación, que es el proceso mediante el cual el organismo interactúa con el ambiente para equilibrarse.

El organismo tiene multitud de necesidades. Entre ellas podemos señalar las necesidades de contacto, que se sitúan entre las necesidades fisiológicas y las psicológicas. Estas necesidades, las fisiológicas y las psicológicas, no se pueden separar, ya que cada una contiene elementos de la otra.

Maslow (1983) desarrolló un esquema en forma de pirámide en la cual representa las distintas necesidades en función de la importancia que tienen para el ser humano. En la base de esta pirámide estarían las necesidades más primarias, que son las necesidades fisiológicas. Es tan importante el que sean satisfechas por los seres humanos que de ellas depende la vida. A éstas le siguen las necesidades de contacto o necesidades psicológicas, y por último están las de autorrealización.

Post Author: Entorno Estudiantil

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *