GRUPOS ÉTNICOS Y ETNICIDAD

Como con cualquier cultura, los miembros de un grupo étnico comparten ciertas creencias, valores, hábitos, costumbres y normas debido a sus antecedentes comunes. Se definen a ellos mismos como diferentes y especiales debido a características culturales.

Esta distinción puede surgir del idioma, la religión, la experiencia histórica, la ubicación geográfica, el parentesco o la “raza” (vea Spickard, ed., 2004). Los marcadores de un grupo étnico pueden incluir un nombre colectivo, una creencia acerca de su ascendencia común, un sentido de solidaridad y una asociación con un territorio específico, que el grupo puede o no poseer (Ryan, 1990, pp. xiii, xiv).

De acuerdo con Fredrik Barth (1969), se puede decir que existe etnicidad cuando la gente exige para sí una cierta identidad étnica y los otros la defi nen con dicha identidad.

Etnicidad significa identificación con, y sentirse parte de un grupo étnico y exclusión de otros grupos debido a esa afiliación. Las cuestiones de la etnicidad pueden ser complejas. Los sentimientos y los comportamientos étnicos varían en intensidad dentro de los mismos grupos, los países y en el tiempo.

Un cambio en el estatus de importancia, ligado a una identidad étnica, puede implicar transformaciones políticas (termina el régimen soviético, surgen los sentimientos étnicos) o individuales en el ciclo de vida (los jóvenes se rebelan, o los ancianos reivindican su origen étnico).

Las diferencias culturales se asocian con la etnia, la clase, la región o la religión. Con frecuencia, los individuos poseen más de un grupo de identidad. Las personas pueden ser leales (dependiendo de las circunstancias) a sus vecinos, escuela, ciudad, estado o provincia, región, nación, continente, religión, o grupo étnico o grupo de interés (Ryan, 1990, p. XXII).

En una sociedad compleja como Estados Unidos o Canadá, la gente constantemente negocia sus identidades sociales. Todas las personas “usan diferentes máscaras” y se presentan de manera distinta de acuerdo con los contextos u ocasiones en las que se encuentran. En la conversación diaria, se escucha el término estatus como sinónimo de prestigio.

En ese sentido, la expresión “ella tiene mucho estatus” significa que posee mucho prestigio; la gente la admira. Sin embargo, los científicos sociales emplean la palabra estatus de manera más neutra: para cualquier posición que alguien ocupe en la sociedad, sin importar el prestigio.

En ese sentido, el estatus implica las diversas posiciones que la gente ocupa en la sociedad: ser padre es un estatus social, así como desempeñarse o identificarse como profesor, estudiante, obrero, demócrata, vendedor de zapatos, indigente, líder sindical o miembro de un grupo étnico, entre muchos otros. Las personas siempre cuentan con múltiples estatus (por ejemplo, hispano, católico, infante, hermano).

Entre los estatus que tenemos, los más particulares prevalecen en contextos específicos, como hijo o hija en la casa y alumno en el salón de clase. Algunos estatus son estatus adscritos: la gente tiene poca o ninguna oportunidad para elegirlos.

La edad es un estatus adscrito, pues no es posible elegir no hacerse viejo. La raza y el género por lo general son adscritos: la gente nace como miembro de cierto grupo y permanece así toda su vida. Los estatus adquiridos, en contraste, no son automáticos, sino llegan a través de elecciones, acciones, esfuerzos, talentos o logros, y pueden ser positivos o negativos). Ejemplos de estatus adquiridos son: médico, senador, convicto, vendedor, sindicalista, padre y estudiante universitario. Cambio de estatus En ocasiones los estatus, en particular los adscritos, son mutuamente excluyentes.

Es difícil disminuir la brecha entre afroamericano y blanco, u hombre y mujer. A veces, tomar un estatus o unirse a un grupo requiere una experiencia de conversión, y adquirir una nueva y abrumadora identidad primaria, como convertirse en un cristiano “renacido”.

Algunos estatus no se excluyen entre sí, sino son contextuales. La gente puede ser tanto afroamericana como hispana, o tanto madre como senadora. Una identidad es usada en ciertos escenarios, otra en diferentes contextos. A esto se le llama negociación situacional de identidad social.

Cuando la identidad étnica es flexible y situacional, puede convertirse en estatus adquirido (Leman, 2001). Los hispanos, por ejemplo, pueden moverse a través de diferentes niveles de cultura (cambio de afiliaciones étnicas) conforme negocian sus identidades.

“Hispano” es una categoría étnica basada principalmente en el idioma. Incluye blancos, negros e hispanohablantes “racialmente” mezclados, y sus descendientes étnicamente conscientes. (También existen hispanos “nativo-americanos” e incluso “asiáticos”.)

Los “hispanos”, que representan el grupo étnico de mayor crecimiento en Estados Unidos, engloban a millones de personas de diverso origen geográfico: Puerto Rico, México, Cuba, El Salvador, Guatemala, República Dominicana y otros países hispanohablantes de Centro y Sudamérica y el Caribe. “Latino” es una categoría más amplia, que también puede incluir a brasileños (quienes hablan portugués).

Los méxicoamericanos (chicanos), cubanoamericanos y puertorriqueños pueden movilizarse para promover temas hispanos de interés general (por ejemplo, la oposición a leyes “sólo en inglés”), pero en otros contextos actúan como tres grupos distintos. Los cubano-americanos son más ricos en promedio que los chicanos y puertorriqueños, y sus intereses de clase y patrones de votación difieren.

Con frecuencia, los cubanos votan por los republicanos, pero puertorriqueños y chicanos es más probable que favorezcan a los demócratas. Algunos méxicoamericanos, cuyas familias han vivido en Estados Unidos por generaciones, tienen poco en común con los nuevos inmigrantes hispanos, como los de Centroamérica.

Muchos americanos (en especial los que tienen fluidez en el inglés) afirman su etnicidad hispana en algunos contextos, pero en otros cambian a una identidad “estadounidense”. En muchas sociedades un estatus adscrito se asocia con una posición en la jerarquía sociopolítica.

Ciertos grupos, llamados grupos minoritarios, son considerados inferiores. Ostentan menor poder y poca posibilidad de acceso a los recursos que tienen los grupos mayoritarios (que son de estatus superior, dominantes o poseen el control).

Con frecuencia, los grupos étnicos son minorías. Cuando se supone que un grupo étnico tiene una base biológica (comparte de manera distintiva “sangre” o genes), se le llama raza. La discriminación contra tales grupos se llama racismo (Cohen, 1998; Kuper, 2006; Montagu, 1997; Scupin, 2003; Shanklin, 1994).

Post Author: Entorno Estudiantil

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