Hipnosis

Durante más de 200 años se ha intentado definir qué es la hipnosis. La mayor parte de la gente se imagina a un hombre con un siniestro bigote y un sombrero negro, balanceando lentamente un reloj de bolsillo frente a nuestros ojos como si fuera un péndulo, y diciéndonos con voz pausada y tono misterioso: «Tienes sueño…». Y nos imaginamos que, después de un rato, podrá controlar nuestras acciones, nuestros pensamientos y nuestros recuerdos.

En la actualidad los psiquiatras entienden la hipnosis como un estado parecido al trance en el que la capacidad de sugestión es extrema. Sin embargo, tiene más que ver con soñar despierto de forma guiada que con el control sobre la mente. A pesar de que los sujetos a los que se hipnotiza a menudo se sienten desinhibidos, no hacen nada que vaya contra su voluntad. Los estudios encefalográficos de las ondas cerebrales que se producen durante la hipnosis muestran un incremento de las ondas de baja frecuencia, que son las relacionadas con dormir y soñar, y una reducción de las de alta frecuencia (las relacionadas con la conciencia total), que sin embargo no desaparecen del todo. Esto podría explicar el carácter somnoliento de la hipnosis, pero no indica que el sujeto se haya convertido en una marioneta humana. Sigue pensando por sí mismo.

Básicamente, hay tres formas de hipnotizar a alguien. La primera se denomina inducción por mirada fija: se le pide al sujeto que mire fijamente un objeto (un reloj de bolsillo, por ejemplo) para desconectarlo del mundo exterior. Aunque era el método más utilizado en los inicios de la hipnosis, en la actualidad se recurre a él con muy poca frecuencia, pues no funciona en una franja muy amplia de la población. El segundo método consiste en bombardear la mente con ordenes rápidas: «Levántate, siéntate, pestañea, levántate». Suele utilizarse en las representaciones sobre el escenario, y también en los interrogatorios. Los psiquiatras se inclinan por el tercer método, la  relajación progresiva, para que el sujeto se concentre y se relaje hasta caer en el estado de hipnosis. Al hablar con voz suave y sugerir imágenes llenas de calma, el doctor crea un entorno en el que el sujeto puede aprender a deshacerse de hábitos dañinos tales como la gula o el tabaco

OTROS DATOS DE INTERÉS

1. Franz Anton Mesmer, un físico austríaco del siglo XVIII, es considerado como el padre de la hipnosis. Creía que se trataba de una fuerza mística a la que denominó «magnetismo animal».

2. Las palabras «mesmerismo» y «mesmerizar» se derivan de su nombre.

3. Muchos expertos consideran que conducir y ver la televisión son estados de hipnosis.

4. Aquellas personas que tienen una imaginación muy activa son las más susceptibles a la hipnosis.

Post Author: Entorno Estudiantil

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