Jacobinos y girondinos

El año 1792 resultó especialmente significativo, debido a que la Constitución monárquica y aristocrática fue demolida y en su lugar se impuso una república democrática. En la Convención Nacional, jacobinos y girondinos entraron en conflictos.

Los montañeses (jacobinos que ocupaban los asientos más altos de la Cámara), como Robespierre, Danton y Marat, apoyados por los sans-culottes (desarrapados, criados, artesanos y obreros de París) y por la Comuna de París, se propusieron impulsar la defensa de la democracia, la igualdad de todos los ciudadanos ante la ley y hacer de la propiedad un instrumento para el bienestar de toda la sociedad.

Sin embargo, los de la llanura o el pantano eran la mayoría de los diputados. Entre éstos había jacobinos y girondinos, pero su postura estaba orientada por estos últimos; era más conservadora y defendía los intereses de la alta burguesía. En los primeros días de 1793, Luis XVI fue juzgado por un tribunal, declarado culpable de traición a la patria y guillotinado. Pocos meses después le ocurría lo mismo a su esposa María Antonieta.

La situación económica en Francia seguía siendo extremamente difícil para el gobierno de la Convención que tenía que resolver los problemas del hambre, la inflación, los levantamientos campesinos contra la Revolución en el departamento de la Vendée y los ataques de las potencias europeas. Con una fuerte presión de los sans-culottes armados, sus dirigentes decidieron apoyar a los montañeses jacobinos para adoptar medidas radicales y formar un gobierno patriótico capaz de salvar la Revolución de las amenazas internas y externas.

La Convención creó entonces el Comité de Salvación Pública y ahí se concentró todo el poder político de Francia. El gobierno jacobino elaboró una nueva Constitución que dejó inconclusas varias leyes y no llegó a aplicarse. Tomó medidas radicales como:

• La entrega de víveres.

• La fijación de precios máximos a los productos de primera necesidad.

• La regulación de los salarios.

• El reparto de tierras a los campesinos con el fi n de fomentar la pequeña propiedad.

• El establecimiento del sufragio universal, dándole con ello el voto a los sirvientes y a los que no pagaban impuestos.

• La reducción de la desproporción entre ricos y pobres con una política de impuestos más justa. Con los jacobinos en el poder, cambió el calendario.

El año 1793 se convirtió en el año I, se introdujo el sistema métrico decimal, que facilitó las transacciones comerciales e industriales, y se fundaron nuevas escuelas y universidades.

Pero el gobierno jacobino, amenazado por distintos medios, cayó en la desesperación y se convirtió en una dictadura. Un tribunal revolucionario impuso el terror (rojo) consistente en una estricta vigilancia para defender la República.

El Comité de Salvación Pública, encabezado por Robespierre apodado “El Incorruptible”, mandó guillotinar a miles de sospechosos contrarrevolucionarios incluidos sus antiguos camaradas–, prohibió la prensa autónoma y las reuniones de los “aristócratas” y suspendió provisionalmente las libertades hasta alcanzar la paz.

El ejército revolucionario consiguió expulsar a las tropas extranjeras que habían invadido Francia. Pero los problemas del gobierno se agravaron cuando algunos radicales o rabiosos, encabezados por Hébert, emprendieron una campaña de ataque violento a la Iglesia católica (descristianización), consagraron Notre Dame como el templo de la Razón y clausuraron numerosas iglesias. Y se agravaron todavía más cuando otro grupo, el de los indulgentes –entre ellos Danton– se pronunciaron contra el terror y en favor de la libertad de comercio.

Ambos movimientos fueron reprimidos por la dictadura jacobina y sus miembros guillotinados. Después de estos excesos, el gobierno quedó severamente debilitado. La Convención detuvo los intentos de Robespierre por continuar la línea dura y lo llevó ante el tribunal revolucionario. Éste lo juzgó y mandó ejecutar. Con ello terminó la época del terror rojo y empezó, el 26 de julio de 1794 (el 8 de Termidor según el nuevo calendario), el gobierno de la Convención Termidoriana.

El gobierno termidoriano impidió que la revolución popular siguiera adelante y emprendió una segunda ola de terror (ahora blanco) que ajustició a muchos dirigentes jacobinos. La burguesía industrial y comercial retomó las riendas del poder. Una de sus primeras medidas fue eliminar los precios máximos de los productos básicos.

Esto trajo consigo nuevamente inflación y aumento de los precios. A mediados de 1795, estallaron los últimos levantamientos populares que fueron rápidamente reprimidos.

Entre ellos destacó la Conspiración de los Iguales, encabezada por Francois Noél Babeuf, quien difundió un conjunto de escritos haciendo un llamado al establecimiento de una República en la cual no existieran diferencias entre ricos y pobres, amos y criados, gobernantes y gobernados y en cambio sí la propiedad colectiva, una comunidad de bienes, una misma nutrición y una misma educación para todos. Las ideas comunistas de Babeuf serían retomadas por los socialistas en años posteriores.

Post Author: Entorno Estudiantil

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