Karen Horney: necesidades y tendencias neuróticas

Karen Horney se distanció de Freud por sus ideas acerca de la psicología femenina y porque concedía más importancia a los factores sociales que a los biológicos como forjadores de la personalidad. Sus experiencias durante la niñez le ayudaron a dar forma a la lucha de toda su vida en busca de amor y seguridad, así como a su teoría de la personalidad.

La necesidad de seguridad se refiere a sentirse protegido y sin temores. Depende de que uno sea amado y apreciado de niño. Una seguridad debilitada lleva a la hostilidad. El niño puede reprimir esta hostilidad por un sentimiento de desvalidez, por miedo a los padres, porque necesita recibir el afecto de éstos o porque siente culpa al expresarla.

La represión de la hostilidad lleva a la ansiedad básica, definida como la sensación de estar solo e indefenso en un mundo hostil. Cuatro formas de protegerse contra la ansiedad básica son: ganarse el afecto, ser sumiso, alcanzar el poder o retraerse. Cualquiera de ellas puede degenerar en una necesidad o impulso neurótico.

Horney propuso 10 necesidades neuróticas y más adelante las agrupó en tres tendencias neuróticas: moverse hacia los otros (personalidad complaciente), moverse contra los otros (personalidad agresiva) y moverse para alejarse de los otros (personalidad desapegada). El individuo complaciente necesita afecto y aprobación; hará lo que los demás quieran.

El individuo agresivo es hostil con las personas y trata de lograr el control y la superioridad. El individuo desapegado se mantiene emocionalmente alejado de los otros y muestra gran necesidad de privacía. En la persona normal, la autoimagen idealizada se basa en una evaluación realista de las propias capacidades y metas.

Ayuda a alcanzar la autorrealización, esto es, el desarrollo y uso óptimo del potencial. En la persona neurótica, la autoimagen idealizada se basa en una evaluación irreal y equivocada de las propias capacidades.

Horney rechazó la idea de Freud de que las mujeres tienen envidia del pene, de que tienen un superyó poco desarrollado y una imagen corporal inferior. Estaba convencida de que los hombres envidian la capacidad de procrear de la mujer y, en consecuencia, también envidian el útero, y subliman estos sentimientos por medio de los logros. Negó la base sexual del complejo de Edipo y sugirió que éste implicaba un conflicto entre la dependencia de los padres y la hostilidad contra ellos.

La imagen que nos ofrece Horney de la naturaleza humana es más optimista que la de Freud. Cada persona es única y no está condenada al conflicto. Las influencias de la niñez son importantes, pero también las experiencias posteriores contribuyen a moldear la personalidad.

El fin supremo de la vida es la autorrealización, o impulso innato a crecer, que se puede ver impedido o favorecido por las fuerzas sociales.

Según Horney, es posible moldear y cambiar conscientemente la personalidad. Los métodos de evaluación utilizados por Horney fueron la asociación libre y el análisis de los sueños, y su método de investigación fue el estudio de caso.

Algunos psicólogos aprecian sus conceptos de las tendencias neuróticas, la necesidad de seguridad, el papel de la ansiedad y la autoimagen idealizada. Las investigaciones apoyan varios aspectos de su teoría, a saber: las tendencias neuróticas, la psicología de la mujer, la tiranía de los “debería” y la competitividad neurótica. Su teoría ha sido criticada por no estar tan plenamente desarrollada como la de Freud, porque no usa datos de la sociología y la antropología y porque tiene una marcada influencia de la cultura de la clase media estadounidense.

Post Author: Entorno Estudiantil

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