La Capilla Sixtina

La Capilla Sixtina, situada en el Palacio del Vaticano, es conocida principalmente por las pinturas que Miguel Ángel (1475-1564) realizó en su techo entre 1508 y 1512. Las paredes de la estancia están decoradas con frescos de Sandro Botticelli (1445-1510), Pietro Perugino (1450-1523), Luca Signorelli (1445-1523) y otros maestros de principios del Renacimiento. El área situada debajo de estas pinturas estuvo en una época cubierta con una serie de tapices diseñados por Rafael (1483-1520).

La palabra «Sixtina» proviene del nombre del primer dueño de la capilla, el papa Sixto IV. El edificio se construyó entre 1475 y 1483, siguiendo las dimensiones del Templo de Salomón tal y como está descrito en el Antiguo Testamento. En 1507 el papa Julio II encargó a Miguel Ángel que rehiciera el techo, cuyas cúpulas habían estado cubiertas previamente con la pintura de un cielo estrellado realizada por Pier Matteo d’Amelia.

En un principio Miguel Ángel mostró poco entusiasmo con la idea dada su escasa experiencia como pintor. A pesar de todo, dio a luz un escenario pictórico enorme compuesto por más de 300 figuras que representa la creación, la caída y la redención de la humanidad. Aunque aseguraba haber creado y pintado la totalidad del techo solo, es más que probable que recibiera la ayuda de asistentes y de un consejero teológico. En sus poemas describió la dificultad derivada de tener que pintar en una posición reclinada subido sobre un andamio.

En el centro del techo se observan nueve escenas del Génesis. Las tres primeras están dedicadas a la Creación, las tres siguientes a la historia de Adán y Eva y las tres últimas a la de Noé. Miguel Ángel las pintó en orden inverso, ya que no se sentía seguro de representar a Dios hasta que no hubiese adquirido algo más de experiencia con los pinceles. En el marco arquitectónico que divide las escenas hay hombres desnudos conocidos como ignudi. También aparecen desnudos de menor tamaño con textos bíblicos sobre los medallones de bronce pintados que jalonan la totalidad del techo.

En las cuatro cúpulas de las esquinas de la estancia se muestran escenas de la salvación de los israelitas. En la parte inferior del techo se encuentran siete profetas de tamaño imponente del Antiguo Testamento y cuatro sibilas paganas (videntes femeninas de la mitología romana que acabaron siendo incorporadas en la tradición cristiana). Debajo de ellas hay 16 cristaleras con retratos de los ancestros de Cristo.

Miguel Ángel se aseguró de representar a Dios en la parte de la capilla reservada para los cardenales. Entre 1981 y 1994 Fuji Film financió la restauración completa de los frescos. La limpieza evidenció que Miguel Ángel había utilizado colores muy intensos, un descubrimiento que sorprendió a muchos historia-dores de arte moderno. El estudioso alemán del siglo XVIII Johann Wolfgang von Goethe, al contemplar el techo en un viaje por Italia, señaló: «Sin haber visto la Capilla Sixtina, uno no puede hacerse una idea de lo que un hombre es capaz de hacer».

Post Author: Entorno Estudiantil

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