La cultura y el individuo

Culturología

Es interesante que Leslie White, declarado evolucionista y defensor de la energía como una medida del progreso cultural, era, como Mead, un fuerte defensor de la importancia de la cultura. White vio la antropología cultural como una ciencia, y la llamó culturología.

White creyó que las fuerzas culturales, apoyadas en la exclusiva capacidad humana de pensamiento simbólico, eran tan poderosas que los individuos contaban muy poco. White cuestionaba lo que entonces se llamó la “teoría de la historia del gran hombre”, la idea de que individuos particulares eran responsables de los grandes descubrimientos y cambios que marcan una nueva época.

White, en vez de ello, observó la constelación de fuerzas culturales que produjeron grandes individuos. Durante ciertos periódicos históricos, como el Renacimiento, las condiciones fueron las correctas para la expresión de la creatividad y la grandeza, y florecieron genios individuales.

En otras épocas y lugares, pudieron existir grandes mentes, pero la cultura no alentó su expresión. Como prueba de esta teoría, White apuntó a los descubrimientos simultáneos. Muchas veces en la historia humana, cuando la cultura está lista, la gente que trabaja de manera independiente en diferentes lugares se topa con la misma idea o logro revolucionario.

Los ejemplos incluyen la formulación de la teoría de la evolución mediante selección natural por parte de Charles Darwin y Alfred Russel Wallace, el redescubrimiento independiente de la genética mendeliana a manos de tres científicos separados en 1917, y la invención independiente del vuelo gracias a los hermanos Wright en Estados Unidos y Santos Dumont en Brasil.

El superorgánico

Gran parte de la historia de la antropología se ha ocupado de los roles y la relativa prominencia de la cultura y del individuo. Como White, el prolífico antropólogo boasiano Alfred Kroeber subrayó el poder de la cultura. Kroeber (1952/1987) llamó al reino cultural, cuyo origen convirtió a un mono en uno de los primeros homínidos, lo superorgánico.

Lo superorgánico abrió un nuevo dominio de análisis separable de, pero comparable en importancia con, lo orgánico (la vida, sin la cual no podría haber superorgánico) y lo inorgánico (química y física, la base de lo orgánico). Al igual que White (y mucho antes que él, Tylor, quien fue el primero en proponer una ciencia de la cultura), Kroeber vio a la cultura como la base de una nueva ciencia, que se convirtió en la antropología cultural.

Kroeber (1923) formuló la base de esta ciencia en el primer libro de texto de antropología. Trató de demostrar el poder de la cultura sobre el individuo al concentrarse en estilos y modas particulares, como las que involucran la longitud del dobladillo de las faldas femeninas.

De acuerdo con Kroeber (1944), hordas de individuos son arrastrados de manera inevitable por las tendencias cambiantes de varias épocas y barridos por las ondulaciones de estilos. A diferencia de White, Steward y Harris, Kroeber no trató de explicar tales cambios; simplemente los usó para mostrar el poder de la cultura sobre el individuo. Como Mead, era un determinista cultural.

Durkheim

En Francia, Émile Durkheim tomó un enfoque similar y pidió una nueva ciencia social que se basara en lo que él llamó, en francés, conscience collectif. La traducción usual de esto como “conciencia colectiva” no transmite de manera adecuada la similitud de tal noción con lo superorgánico de Kroeber y la culturología de White.

Esta nueva ciencia, propuso Durkheim, se basaría en el estudio de los hechos sociales, analíticamente distintos de los individuos, de cuyo comportamiento se inferían tales hechos. Muchos antropólogos concuerdan con la premisa central de que su papel es estudiar algo mayor que el individuo.

Los psicólogos estudian a los individuos y los antropólogos a los individuos como representantes de algo más. Son esos sistemas más amplios, que consisten en posiciones sociales, estatus y roles, y que se perpetúan a través de las generaciones mediante la enculturación, lo que deben estudiar los antropólogos.

Desde luego, los sociólogos también estudian tales sistemas sociales y Durkheim, como ya se indicó, es un padre común a la antropología y la sociología. Durkheim escribió sobre la religión de los nativos en Australia con la misma soltura que de las tasas de suicidio en las sociedades modernas.

Como las analiza Durkheim, las tasas de suicidio (1897/1951) y la religión (1912/2001) son fenómenos colectivos. Los individuos se suicidan por todo tipo de razones, pero la variación en las tasas (que se aplican solamente a las colectividades) puede y debe ligarse a fenómenos sociales, como la sensación de anomia, malestar o alienación en épocas y lugares particulares.

Post Author: Entorno Estudiantil

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