La genética mendeliana

Cuando Gregor Mendel (1822-1884), un monje checo, comenzó a hacer experimentos con guisantes a mediados del siglo XIX, existían dos grandes teorías sobre la herencia biológica. La primera aseguraba que los rasgos de los padres se funden juntos y por igual para crear al hijo; la segunda, que es el entorno en el que éste es concebido el que determina sus rasgos. A Mendel no le convencía ninguna de las dos.

En sus frecuentes paseos por los jardines de su monasterio, Mendel se fijó en la simpleza de rasgos de la planta del guisante común (Pisum sativum). Se dio cuenta de que sus flores eran o blancas o púrpuras (nunca una mezcla de ambos colores) y que sus vainas eran o amarillas o verdes. Los tallos eran o largos o cortos, y las semillas, redondeadas o arrugadas. En total detectó siete rasgos que nunca parecían mezclarse entre sí, y a partir de ahí comenzó a investigar.

Cuando mezcló guisantes de vaina verde con otros de vaina amarilla, sus frutos siempre resultaban ser verdes. Pero cuando mezcló esta primera generación entre sí, un cuarto de sus frutos salió amarillos.

Lo mismo sucedió con los tallos. Cuando mezcló guisantes de tallo largo con otros de tallo corto, la primera generación que obtuvo fue de tallo largo, Pero un cuarto de los nietos salió con tallo corto. Esta pauta le hizo concebir lo que luego se conocería como alelos, genes y carácter dominante y recesivo. En esencia, llegó a la conclusión de que cada planta recibía por cada rasgo (o gen) determinado una unidad de herencia (o alelo) de cada padre. Aunque sólo uno de esos alelos termina manifestándose (el dominante), ambos tienen la misma posibilidad de ser transmitidos a la siguiente generación. De esta forma, después de que un guisante de tallo largo se junte con otro de tallo corto, su fruto contará con un alelo dominante que le hará largo y con otro recesivo que le haría corto.

Todos parecerán largos, pero todos portarán también el alelo que les haría cortos. Cuando en la siguiente generación se crucen entre sí, un cuarto de los frutos tendrá dos alelos que los harán largos, dos cuartos tendrán un alelo largo y otro corto (y por tanto tendrán el tallo largo), y el cuarto restante tendrá dos alelos que los harán cortos. Esta sencilla conclusión es la base de la genética moderna y explica por qué algunos rasgos parecen saltarse una o varias generaciones.

OTROS DATOS DE INTERÉS

1. Entre 1856 y 1863, Mendel cultivó e hizo pruebas con unas 28 000 plantas de guisantes.

2. Aunque mantenía unos registros excelentes, sus resultados asombraron años después a los científicos por su extrema exactitud. En general, se sospecha que los sesgó para que confirmaran sus hipótesis, maquillando para ello sus datos.

3. Su obra fue en gran parte ignorada en vida de Mendel, que murió en el anonimato. Los botánicos redescubrieron sus trabajos en ¡900. Entonces el estudio de la genética cambió para siempre.

Post Author: Entorno Estudiantil

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