La revolución parlamentaria en Inglaterra

La revolución parlamentaria en Inglaterra  es el periodo de la historia del Reino Unido que comenzó   desde 1642 hasta 1689. Se extiende desde el fin del reinado de Carlos I de Inglaterra, pasando por la República británica y el Protectorado inglés de Oliver Cromwell y finaliza con la Revolución Gloriosa, que destituye a Jacobo II.

Después de que la Corona inglesa gobernara durante varias décadas como una monarquía absoluta, sin parlamento o desatendiendo las peticiones de éste, en 1642 se desató en Inglaterra la Guerra Civil. La nobleza rural y la burguesía de las ciudades defendieron sus intereses frente a las medidas arbitrarias del gobierno, y los puritanos se lanzaron a defender su religión, que se veía amenazada por los privilegios que la monarquía concedía a los anglicanos. Para ello, organizaron el Nuevo Ejército Modelo del cual Olivier Cromwell fue el más destacado militar–, enfrentaron las fuerzas de los escoceses que apoyaban al rey Carlos I y los vencieron.

En 1649, el parlamento declaró traidor al rey, lo mandó ejecutar y promulgó la abolición de la monarquía. En ese mismo año se instauró un gobierno republicano (Commonwealth), gobernado por un parlamento que suprimió la Cámara de los Lores, y sólo dejó la Cámara de los Comunes. Al frente del Consejo de Estado Cromwell fue nombrado Lord Protector.

En 1653, Cromwell disolvió el parlamento y se convirtió en un dictador. Dos años después de su muerte, en 1660, se restauró la monarquía de los Estuardo, pero las tensiones con el parlamento volvieron. Ante los intentos de Jacobo II de restablecer oficialmente el catolicismo, se desató una fuerte oposición protestante.

Las dos fracciones del parlamento, los whigs –burgueses liberales más cercanos a los puritanos– y los tories –terratenientes, promonárquicos, anglicanos y conservadores–, llamaron a Guillermo III de Orange y le ofrecieron la Corona. A este cambio se le conoció como la Revolución gloriosa o Revolución Inglesa de 1688.

Esta revolución dio paso a la monarquía constitucional, un modelo de gobierno que con los años se adoptaría en muchos países europeos. A diferencia del modelo absolutista, el rey quedó colocado por debajo del interés del parlamento, integrado por propietarios privados –nobles terratenientes y burgueses–. La organización del Estado se orientó a servir al comercio, las finanzas, la promoción de los negocios y el poder de la nación en el extranjero.

El documento más importante –producto de la Revolución de 1688– fue la Bill of Rights (Declaración de Derechos) aprobada en 1689. Esta declaración recogió una parte de la teoría del Estado de John Locke, como la separación de los poderes Legislativo y Ejecutivo para garantizar la libertad individual y la propiedad privada. Se señalaba que el parlamento debía convocar a elecciones cada tres años, aprobar el presupuesto del Estado, elaborar la política tributaria y decidir lo relacionado con el mantenimiento del ejército. Además se estableció la tolerancia religiosa, la libertad de imprenta y se eliminó la censura.

La Revolución Inglesa de 1688 se denominó “gloriosa” porque, sin derramamiento de sangre, se logró la estabilidad política que permitiría a Inglaterra su ulterior florecimiento económico. La participación de los puritanos fue decisiva. Su exaltación al trabajo, al ahorro y a la disciplina y su rechazo al ocio, al despilfarro y a la disipación constituyeron uno de los más importantes modelos de conducta para el desarrollo del capitalismo.

 

Post Author: Entorno Estudiantil

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