La revolución parlamentaria en los Países Bajos

La segunda mitad del siglo XIX estuvo marcada por La revolución parlamentaria en los Países Bajos , influenciada  por las revoluciones que barrieron Europa durante la década de 1840.

La moral utilitarista, la tolerancia religiosa y el gobierno constitucional iniciaron su avance impetuoso por el mundo transformando la manera de pensar de los hombres. Al principio sólo las elites privilegiadas, los funcionarios públicos, los propietarios y los hombres de negocios fueron conscientes de la necesidad de modificar antiguas estructuras. Con el paso del tiempo también los trabajadores del campo y la ciudad reclamarían una mejor calidad de vida.

A lo largo del siglo XVII, tanto en las monarquías como en las repúblicas europeas, se organizaron asambleas o parlamentos. Éstos se integraron con representantes de la nobleza terrateniente, el clero y la burguesía comercial y financiera, divididos en “estados”, “órdenes” o estamentos. En algunos momentos, estas asambleas o parlamentos llegaron a limitar la libertad de acción de los monarcas y gobernantes.

Hay dos casos sobresalientes que ilustran las tensas relaciones que sostuvieron el rey y su corte con los miembros de las asambleas o parlamentos. Éstos son el holandés y el inglés.

En 1581, las Provincias Unidas (Holanda, Zelanda, Frisia, Groninga, Utrecht, Overijssel y Gelderland) habían constituido una república que se había declarado independiente de la monarquía española. Nueve años después (1590), instalaron una asamblea y la colocaron como la institución soberana. Esta asamblea declaró la tolerancia religiosa con la finalidad de no entrar en problemas con los ricos judíos y protestantes que habían emigrado a esta zona perseguidos por la Inquisición española y no perder los capitales que traían consigo. La adopción de la tolerancia religiosa fue algo muy innovador en esa época pues significó la posibilidad de que personas con credos distintos establecieran relaciones económicas y sociales cotidianas.

La asamblea estaba compuesta, principalmente, por burgueses dueños de grandes capitales, ya que por los Países Bajos pasaba el 50% de las mercancías que se comerciaban en el mundo y este tránsito arrojaba altas ganancias. Como la burguesía pagaba la mayor parte de los gastos del Estado, se oponía a que la monarquía, depositada en la Casa de Orange, centralizara el poder. Los adelantos en la navegación, la actividad de los piratas y corsarios que saqueaban los tesoros españoles y el desarrollo financiero permitieron la formación de las Compañías de las Indias Orientales y Occidentales y la configuración del Imperio colonial holandés en Asia y América. La burguesía concentraba el poder económico, insistía en la libertad religiosa y deseaba una monarquía limitada por una constitución. Por su parte, la monarquía se resistía a dejar sus poderes absolutos. Luego de serios conflictos entre la burguesía y monarquía, ésta tuvo que ceder. A mediados del siglo XVII, los Países Bajos eran el centro del capitalismo y el liberalismo europeo. Ahí, los humanistas, científicos y artistas encontraron un clima propicio para desarrollar sus ideas.

Post Author: Entorno Estudiantil

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