Las cuatro estaciones

Antonio Vivaldi escribió Las cuatro estaciones en 1725; son cuatro conciertos que representan cada uno una estación del año. Escritos para un violín solista y una pequeña orquesta, cada concierto se divide a su vez en tres movimientos: el primero, un allegro o sección rápida; luego una sección lenta llamada adagio o largo; y por último otro allegro o presto finale. Cuando Vivaldi publicó su obra, incluyó cuatro sonetos en el manuscrito que reflejaban las impresiones que quería transmitir con cada estación.

El primer concierto, «La primavera», está en tonalidad de mi. La tensión de su ritmo y su jubilosa melodía de apertura son reconocibles al instante, fogosas y agradables. En el segundo movimiento, el violín solista representa a una manada de cabras dormidas, y la viola ladra como un perro nervioso.

 «El verano», en sol menor, transmite una sensación más sobria. En el primer movimiento escuchamos sonidos de la orquesta que simulan un trueno lejano; el rugido de la tormenta llega en el segundo movimiento- El poema correspondiente incluye el verso: «El calor sin tregua del resplandor solar / lo sufren hombres y rebaños, / los pinos están chamuscados… ».

El programa para «El otoño» comienza con el baile de los campesinos para celebrar la recogida de la cosecha, al que sigue un período tranquilo de descanso, y luego, por la mañana, una animada cacería. «La copa de Baco fluye libre y, muchos hallan su descanso en un sueño profundo», dicen los versos que lo acompañan.

«El invierno» evoca «nieve helada con vientos punzantes y cortantes», y su movimiento lento (un tributo a la paz y la tranquilidad del fuego del hogar) se convierte en un animoso allegro final que debe evocar juegos sobre la nieve y la emoción de deslizarse por un camino helado.

OTROS DATOS DE INTERÉS

1. Las cuatro estaciones fue publicada originalmente bajo el nombre de II cimento dell' armonia e dell' inventione, que significa «La batalla entre la armonía y la invención».

2. En una de sus interpretaciones, en 1715, la audiencia quedó cautivada por el virtuosismo de Vivaldi al violín. «Todo el mundo estaba asombrado», quedó escrito de aquella velada.

3. Vivaldi, como Mozart después, murió pobre y fue enterrado en una tumba sin nombre.

Post Author: Entorno Estudiantil

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