Lóbulo temporal

1. Anatomía

El lóbulo temporal comprende todo el territorio situado por debajo de la Cisura de Silvio y su prolongación, limitando con el lóbulo occipital y parietal por su zona posterior. Según su procedencia histológica más o menos reciente, se divide en neocórtex y paleocórtex.

La superficie externa corresponde al neocórtex y está constituida por 6 capas que se distribuyen en cuatro circunvoluciones: Circunvolución de Heschl (Áreas 41 y 42), plano temporal (Área 22), circunvolución temporal media (Áreas 21, 37 y 38) y circunvolución temporal inferior (Áreas 20 y 37).

 La superficie interna, o paleocórtex, tiene una procedencia filogenética más primitiva y está constituida por tres capas que forman las siguientes áreas: circunvolución fusiforme, circunvolución parahipocámpica, uncus, hipocampo y amígdala.

En la cara inferior o basal de cada lóbulo temporal la distribución histológica es doble, neocortical y paleocortical, localizándose la circunvolución fusiforme y parte de las circunvoluciones temporales, hipocámpicas y del uncus.

2. Funciones

2.1. Audición

La Circunvolución de Heschl, (Áreas 41,42) contiene las áreas auditivas primarias, que son responsables del procesamiento sensorial de los estímulos auditivos procedentes del oído interno. Cada uno de los lóbulos temporales recibe información auditiva procedente de los dos hemisferios, ya que las vías auditivas son dobles: unas transmiten información al mismo hemisferio, mientras que otras cruzan al hemisferio opuesto, siendo estas últimas más gruesas que las vías ipsilaterales. Las zonas posteriores del lóbulo temporal contienen las áreas auditivas de asociación, responsables de la interpretación de los sonidos lingüísticos, musicales o de otro tipo.

4.2.2. Integración sensorial multimodal

La zona posterior del lóbulo temporal, en convergencia con las áreas visuales es responsable de la integración de las informaciones visoauditivas, permitiendo dotar de significado a los estímulos visuales.

2.3. Memoria

La importancia del lóbulo temporal como centro de almacenamiento de la información se conoce desde 1899, cuando Bekcherev describió alteraciones de la memoria causadas por lesiones temporales. Las zonas internas de este lóbulo, especialmente el hipocampo y las estructuras adyacentes, son los principales centros de registro mnémico, permitiendo el Estudio funcional del sistema nervioso 95 archivo de la información a corto plazo para facilitar la consolidación de la memoria. La zona externa del lóbulo temporal también participa en los procesos mnésicos, aunque no de un modo tan específico como la zona medial.

2.4. Lenguaje comprensivo

Desde tiempos de Wernicke en 1874, se conoce la implicación del lóbulo temporal en el procesamiento del lenguaje comprensivo. El Área 22, corresponde anatómicamente al Plano Temporal, siendo la zona donde se sitúa el Área de Wernicke, que es el principal centro de lenguaje comprensivo. En la mayoría de las personas el Área de Wernicke está localizado en el lóbulo temporal izquierdo, siendo la zona especializada en la codificación fonológica y semántica del lenguaje. El homólogo de Wernicke, situado en el Área 22 del hemisferio derecho tiene funciones pragmáticas relacionadas con la prosodia, permitiendo distinguir las distintas entonaciones del lenguaje y siendo más activo en el procesamiento de los estímulos auditivos no verbales como los sonidos del entorno o la melodía musical.

2.5. Regulación emocional

El lóbulo temporal proporciona una tonalidad afectiva a todas las informaciones, gracias a las estrechas relaciones que establece con el sistema límbico. Es responsable de añadir propiedades connotativas o emocionales a los estímulos, asociando propiedades afectivas a estímulos particulares.

La cara interna de los lóbulos temporales, denominada también corteza de asociación límbica, es responsable del procesamiento emocional de los estímulos sensoriales, gracias a la acción concertada de diversas estructuras como la amígdala o el hipocampo.

4.3. Patología

3.1. Trastornos auditivos

Las lesiones de la corteza auditiva primaria en casos leves pueden producir dificultad para discriminar sonidos aislados o discriminación defectuosa de sonidos presentados simultáneamente. Las lesiones unilaterales de las zonas auditivas primarias no tienen un efecto notorio sobre la agudeza auditiva, ya que se produce compensación gracias a la existencia de vías cruzadas y no cruzadas. La lesión bilateral completa de las áreas auditivas primarias correspondientes a la Circunvolución de Heschl produce sordera cortical, caracterizada por la pérdida de audición asociada a sentimientos anosognósicos que le impiden el reconocimiento de su defecto.

La lesión de las áreas auditivas del lóbulo temporal izquierdo produce deficiente capacidad para la discriminación de los sonidos del habla, mientras que las lesiones homólogas del lado derecho producen discriminación defectuosa del ritmo, sonoridad, timbre y memoria tonal en la música, así como dificultad para la localización de los sonidos.

Como consecuencia de ciertas lesiones de la zona lateral superior del lóbulo temporal de cualquier hemisferio pueden aparecer paracusias o alucinaciones auditivas elementales (sonidos diversos, murmullos, etc.), mientras que las alucinaciones auditivas complejas (temas musicales, por ejemplo), se relacionan más con lesión del hemisferio dominante.  

3.2. Agnosias auditivas

La lesión de las áreas asociativas del lóbulo temporal produce agnosias auditivas, con deterioro en la capacidad para reconocer el significado de los estímulos acústicos no verbales, sin que existan déficits sensoriales. Existen diferentes modalidades de agnosia auditiva que afectan a la comprensión de sonidos, el reconocimiento de la música o el reconocimiento verbal.

3.3. Trastornos de percepción visual

Las lesiones del lóbulo temporal no producen grandes deficiencias sensoriales en la visión, pero sí pueden generar trastornos en la percepción visual, ya que son responsables de la integración multimodal de las experiencias visuales con todas las otras formas de percepción sensorial que llegan desde los receptores espaciales y desde los sentidos corporales. Generalmente las alteraciones visuales causadas por lesiones del lóbulo temporal producen dificultades para la denominación.

3.4. Trastornos del lenguaje

Las lesiones del lóbulo temporal pueden producir distintas modalidades de afasia, especialmente Afasia de Wernicke, Afasia de conducción y Afasia anómica. Otras lesiones provocan trastornos del lenguaje de naturaleza no afásica, con problemas para el establecimiento de asociaciones entre palabras sencillas (perro-gato).

La lesión del Área 22 (corteza de asociación temporal izquierda) se ha asociado con alteraciones en la capacidad para el reconocimiento de palabras. La Afasia de Wernicke se vincula a una lesión de esta Área en el hemisferio izquierdo, mientras que en otros casos más extremos se produce sordera para las palabras.

3.5. Trastornos de memoria

La extirpación bilateral y completa de los lóbulos temporales mediales produciría amnesia anterógrada masiva, con efectos dramáticos, ya que impediría el aprendizaje de cualquier tipo de nuevo material. La lesión del hipocampo produce pérdida de memoria directamente proporcional a la cantidad de tejido lesionado o extirpado, aunque no afecta al recuerdo inmediato de material, como por ejemplo recordar una serie de dígitos. En cambio, sí se verá afectado el recuerdo del material aprendido hace algunos minutos o varias horas. Las lesiones temporales izquierdas afectan más a la memoria verbal (listas de palabras, historias cortas, etc), mientras que las lesiones temporales derechas afectan a la memoria de figuras geométricas, mapas, caras y melodías.

3.6. Epilepsia del lóbulo temporal

Las características neuropsiquiátricas y neuropsicológicas de la epilepsia del lóbulo temporal han sido muy estudiadas, ya que están asociadas a numerosas alteraciones emocionales. Lennox introdujo por vez primera el término de epilepsia del lóbulo temporal para referirse al conjunto de alteraciones emocionales que se producían como consecuencia de las lesiones del lóbulo temporal que acompañan a la epilepsia.

Con frecuencia estos pacientes presentan síntomas característicos como pegajosidad, pedantería, excesivas preocupaciones religiosas, verborrea, paranoidismo y tendencia a los ataques de agresividad. La lobectomía temporal produce efectos similares a los de la epilepsia del lóbulo temporal, existiendo un efecto diferenciado según la localización de la lesión, ya que las lesiones del lóbulo temporal derecho se asocian más estrechamente con paranoia, comportamiento pedante, egocentrismo, verborrea y actitud pegajosa, que las homólogas del lóbulo temporal izquierdo.

El término de “personalidad epiléptica” durante muchos años sirvió para definir a los sujetos que junto a epilepsia del lóbulo temporal presentaban las alteraciones emocionales descritas; sin embargo, la utilización de este término ha sido definitivamente desechada, dada la intensa variabilidad que existe entre los sujetos que presentan esta modalidad de epilepsia. En más de la mitad de los cuadros de epilepsia del lóbulo temporal se aprecia un cambio significativo de la conducta sexual, siendo más frecuente la disminución del interés sexual. Esta circunstancia podría estar causada por el efecto de la actividad bioeléctrica anormal en las estructuras temporales y límbicas.

3.7. Síndrome de Klüver-Bucy

Como consecuencia de determinados procesos demenciantes, traumáticos, infecciosos o vasculares pueden resultar destruidas amplias zonas de la corteza temporal medial, incluyendo amígdala, uncus e hipocampo, lo que produce Síndrome de Klüver-Bucy, que se caracteriza por estos síntomas:

a) Conducta pasiva, con gran placidez e indiferencia frente a estímulos externos.

b) Hiperoralidad, con ingesta compulsiva de alimentos e incluso de cosas no comestibles.

c) Hipermetamorfopsia, caracterizada por la tendencia a tocar los objetos de manera impulsiva y continuada, como consecuencia de la dificultad para el control de la atención sostenida.

d) Hipersexualidad que puede llegar a ser de tipo indiscriminado, aunque este síntoma sólo ha sido descrito en simios, a los que se les ha inducido experimentalmente la lesión del lóbulo temporal.

e) En animales experimentales se produce desaparición de las respuestas de miedo aprendido por condicionamiento, como consecuencia de la destrucción de la amígdala.

Post Author: Entorno Estudiantil

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