Marcel Proust

El novelista francés Marcel Proust (1871-1922) es recordado prácticamente sólo por una única obra, que ha bastado para cimentar su fama. Su novela colosal a la recherche du temps perdu, que ha sido traducida al castellano como En busca del tiempo perdido, es una de las mejores obras del siglo xx.

Disfrutó de una situación acomodada en París y recibió una formación completa tanto en literatura como en derecho. Desde joven se movió en círculos sociales altos y desempeñó un papel activo en los salones de la belle époque de la élite parisina. Después de publicar su primera colección de relatos cortos en 1896, Proust empezó a trabajar en una obra autobiográfica titulada Jean Santeuil, que serviría como base para la que sería su obra maestra.

Sumido en un estado de salud delicado y un luto permanente por la muerte de sus padres, comenzó a trabajar en su obra En busca del tiempo perdido en 1909. La novela es en verdad gigantesca, con más de 3000 páginas en las que se recogen más de 2000 personajes. Se publicó en siete volúmenes entre 1913 y 1927; no se parecía a ninguna otra novela que se hubiese escrito jamás en el mundo; de hecho muchos editores la rechazaron inicialmente al no saber muy bien qué hacer con ella.

La obra es en esencia autobiográfica y muestra la evolución de un joven en su búsqueda por aquello que lo ha convertido en lo que es, recogiendo y reviviendo recuerdos de la juventud y finalmente preparándose para escribir una novela. Se trata de un trabajo con tantos elementos filosóficos y psicológicos como literarios. En el transcurso de la novela, el narrador medita sobre el amor, la identidad, la ambigüedad sexual, la estética, el arte y otros muchos temas. Aunque la mayoría de los lectores consideran al narrador como un álter ego de Proust, el autor deja en la ambigüedad la cuestión de si el lector debería ver realmente al autor y al narrador como la misma persona.

Tal y como indica el título de la obra, el tiempo y los recuerdos ocupan gran parte de la novela. Para Proust el tiempo fluye, es un todo amorfo más que una progresión de momentos ordenados y lineales. A menudo, recuerdos que creía perdidos le vuelven de repente al narrador a través de alguna clave sensorial. En uno de sus pasajes más famosos, el autor recuerda perfectamente momentos de su juventud después de probar una magdalena, porque solía comerlas cuando era niño mojándolas en el té. Este tipo de experimentación ha seguido vigente mucho después de su muerte, ya que numerosos autores del modernismo han trabajado a partir de estas incursiones en la memoria y el tiempo en sus propios trabajos.

OTROS DATOS DE INTERÉS

1. Proust financió con un dinero que había heredado de sus padres la publicación del primer volumen de su novela.

2. Durante el infame «caso Dreyfus» (1897-1899), Proust invirtió una cantidad nada desdeñable de dinero y tiempo en defender al oficial francés de origen judío Alfred Dreyfus, que había sido acusado injustamente de traición.

Post Author: Entorno Estudiantil

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