Modelo cognitivo-procesal-sistémico

El modelo cognitivo-procesal-sistémico tiene un enfoque claramente posracionalista, es decir, va más allá de la razón y del empirismo que tradicionalmente ha imperado en la ciencia. En este sentido, el objetivo de la terapia es buscar que las personas por sí mismas logren un cambio semántico en la forma como experimentan sus experiencias. Este cambio semántico se refiere a una reconstrucción del significado que se otorga a los sucesos cotidianos internos y externos.

A diferencia de las terapias cognitivas, el propósito aquí no es lograr que el consultante se autocontrol, ni tampoco que cambie sus ideas irracionales asumiéndose el terapeuta en la posición del saber. Por el contrario, en la terapia posracionalista, lo que se busca es que la persona conozca mejor su realidad y la manera como la construye, para poder reorganizarla con base en la comprensión y no en la persuasión (propio de las terapias cognitivas tradicionales) (Guidano, 1991). Además, la terapia procesal sistémica plantea mecanismos diferentes para intervenir en lo cognitivo (lenguaje-pensamiento), y lo afectivo (afectivo- emocional). Esto implica que el terapeuta debe saber acompañar procesos en cada uno de estos dos ámbitos.

En general, la intervención del terapeuta consiste en acompañar al consultante para que autoorganice su realidad, asumiendo el rol de perturbador emocional (Guidano y Liotti, 1983). Esto requiere que haya discrepancias entre los puntos de vista del consultante, con la orientación brindada por el terapeuta, y que se tome conciencia de las emociones no aceptadas u olvidadas. Esto se hace teniendo en cuenta que, a diferencia del empirismo tradicional, la realidad no es única, sino relativa y multiforme, y cada persona la organiza en su propia mente.

Post Author: Entorno Estudiantil

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