El rechazo pica. También lo hace la indiferencia. Esto a menudo nos hace tratar de buscar buenas relaciones con todas las personas que nos rodean. Podríamos trabajar para cambiar la opinión negativa de alguien sobre quiénes somos o tratar de complacer a todos. Si bien proviene de un lugar muy comprensible, tampoco es la mejor idea.
No puedes ser un héroe o incluso una presencia positiva para todos los que te rodean. Necesitas aceptar eso y dejar de lado la idea de que tienes que ser querido por todos. A veces, esta idea no es consciente, pero todavía la perseguimos de diferentes maneras. Tratamos de complacer a los demás, invertir tiempo y esfuerzo en la relación, o encontrar una manera de hacer que nos vean de manera positiva.
Sin embargo, esto refleja varias ideas equivocadas.
Primero, creemos que todo depende de nosotros. Sin embargo, así no es como funciona. No controlamos a otras personas, sus emociones, sus decisiones y sus reacciones.
Incluso si pasamos mucho tiempo con ellos siendo lo mejor de nosotros mismos, no garantiza que cambien su perspectiva sobre ti. Tal vez les recuerdes a alguien que odian o tal vez simplemente no quieren cambiar.
No puedes complacer a todos, ni debes intentarlo. En su lugar, concéntrate en ser tú mismo y no trates de forzarte en lugares o personas que no son acogedoras.
Ser tú mismo es una mejor estrategia para encontrar nuevas relaciones y fortalecer las que tienes. No necesitas fingir o forzarte a cambiar. Es liberador y te permite construir lazos más fuertes con personas que pueden gustarte y apreciarte.
Dejar ir el deseo de complacer a los demás no siempre es fácil. Da miedo aceptar que a alguien simplemente no le gustemos, y no hay nada que podamos hacer para cambiar eso.
Pero es importante permitirnos gustarnos de lo que somos y ser quienes somos, incluso si no está bien con todos. No estamos aquí para los demás, estamos aquí para nosotros mismos. Aceptar esto nos da poder para buscar a las personas que nos quieren como somos, con quienes podemos tener relaciones genuinas y profundas, y más.
No estás destinado a todos los que te rodean, al igual que no están destinados a ti. Estarás bien incluso si a algunas personas no les gustas, y tratar de cambiarlo u obligarlos a hacerlo solo conducirá a malos resultados.
