Psicoterapia gestáltica

Los principios de la formación gestáltica (ley de la proximidad, de la pregnancia, la similitud, etc.), en un total de ocho, como señalábamos anteriormente no fueron aplicados, por los psicólogos de la gestalt de principios del siglo XX, a las percepciones procedentes del organismo, como son los sen-cientos, las emociones y otras sensaciones orgánicas, con lo cual ni la percepción ni la motivación pudieron integrarse, quedando empobrecida la gestalt en el campo de la personalidad.

Al quedarse estos psicólogos en la percepción visual y auditiva, con exclusión del resto de los sentidos, perdieron la oportunidad de llegar a la idea de que la percepción puede estar en función de la motivación y de las necesidades del momento, con lo que se hubiera enriquecido notablemente la psicología de la gestalt en aquel período.

 ¿Qué les impidió a estos primeros psicólogos de la gestalt integrar percepción y motivación? Pensamos que tal vez entonces la teoría de la gestalt fue bastante revolucionaria tal y como apareció, teniendo en cuenta la forma de concebir las ciencias en aquel momento. Ya era suficiente el planteamiento de esta nueva concepción totalmente integradora de los procesos cognitivos como para llevarla incluso al terreno de la personalidad y de la concepción del ser humano que de ella se deriva.

Por aquella época, Freud concebía al ser humano como predeterminado por sus impulsos de vida y de muerte, y sus teorías partían del estudio de los elementos para inferir la totalidad. Utilizaba el método inductivo, que trataba de dar sentido a la totalidad, partiendo de los elementos que componían esa totalidad. Pero como hemos visto, la generalización y el método inductivo tienden a mostrarnos una realidad engañosa, por lo menos en determinados momentos y situaciones. E inferir la totalidad a partir del estudio de las partes es obviar las conexiones y la ubicación de los elementos o partes que la componen.

Fue Fredrick Perls el que introdujo el concepto de motivación en la percepción de la teoría de la gestalt, dando lugar a la psicoterapia gestáltica.

A partir de ese momento podemos decir que la gestalt dejó de ser una teoría o psicología de la percepción para transformarse en una terapia -y posteriormente en un estilo o filosofía de vida-, dando del cuerpo y de la psique una nueva visión integrada: ambos dejaban de ser considerados como dos entes separados y sin ninguna relación -herencia de la época escolástica-.

La introducción de la motivación convertía a la gestalt en una terapia donde el ser humano era visto y tratado como una totalidad y unidad. El individuo dejaba de ser considerado como un ente disociado y dividido, donde los contenidos de conciencia eran analizados, por un lado, y las expresiones físicas y corporales por otro.

A partir de este momento, lo físico y lo psíquico se consideran dentro de esta teoría como algo tan íntimamente interrelacionado, que lo uno sin lo otro deja mutilada a la totalidad.

Perls fue el primero en hacer un intento serio y profundo de integrar estos dos conceptos -cuerpo y psique-, que durante tanto tiempo habían sido estudiados y tratados por separado. No se puede hablar de psiquismo sin que quede incluido lo físico, porque lo uno contiene a lo otro sin posibilidad de separación. Y aunque existen por esa época algunos antecedentes en Wilhem Reich de hacer notar la importancia del organismo, es a partir de Perls cuando nace uno de los enfoques terapéuticos -la terapia gestáltica- donde conceptos como lo organísmico lo incluyen todo: lo físico, lo mental, lo emocional e incluso lo espiritual.

Y este centrarse en el mundo organísmico como asentamiento de todas las funciones y de todo lo que es el ser humano ha hecho que la terapia gestáltica sea una de las terapias que con mayor rapidez se ha extendido por todo el mundo desde los años 70.

A principios del siglo XX, las teorías psicológicas y las ciencias en general s basaban en la idea de que el conocimiento se forma a partir del estudio de las diferentes partes de que se compone un todo. Wertheimer, en 1912, llega al descubrimiento del fenómeno "phi" o fenómeno del movimiento aparente y enuncia oficialmente la psicología de la gestalt al señalar que todo fenómeno natural es una totalidad y no una suma, adición o multiplicación de sus partes.

Esta totalidad se estructura como una configuración o forma a la que llama e aquí se deriva una de las grandes aportaciones de este autor a la teoría de la gestalt y a la psicología en general.

Por tanto, querer comprender el todo a partir de las partes o elementos que lo forman nos llevará a conclusiones falsas, ya que supondría ignorar las interrelaciones entre las partes que forman el todo. De esta manera resulta imposible comprender la totalidad de una estructura si se parte del análisis de los elementos o partes que lo conforman, ya que las características de las partes quedan definidas por sus relaciones entre sí y por sus relaciones con el sistema del cual forman parte, y el estudio por separado de estas partes destruye el fenómeno observado.

Por eso lo fundamental para el investigador no consiste en crear nada nuevo (ya que todo existe en la naturaleza) sino en captar el orden, el significado y el cómo se distribuyen los elementos que existen en el mundo y en el individuo. La manipulación de un elemento influye en la totalidad. Nada queda indiferente a cualquier cambio por insignificante que parezca.

Como vimos en el fenómeno "phi", todo estudio realizado a través de las fue componen el todo, y el querer inferir la totalidad a partir del estudio de esas partes, nos lleva a conclusiones falsas, porque olvidamos que las internes entre las partes no pueden ser omitidas ni olvidadas, ya que son una parte más de esa totalidad que estudiamos.

La psicología de la gestalt ve la necesidad de observar la percepción y la experiencia inmediata, para no distorsionar la realidad del fenómeno observado. Este es el principio básico de la fenomenología. Y esto se debe a que la percepción no se realiza a través de cada uno de los elementos que configuran la totalidad, sino a través del todo, vertebrado como una unidad indivisible e interrelacionada.

Esta idea fundamental y básica en la teoría de la gestalt es retomada posteriormente por Perls (1974) y expresada en la siguiente frase: "Es la organización de hechos, percepciones y conductas lo que los define y lo que los da su significado específico y particular". Esta ley se basa en el hecho real de que el hombre no percibe las cosas como entidades aisladas y sin ninguna relación, sino que más bien organiza mediante el proceso perceptivo en totalidades como algo natura inherente a la naturaleza humana.

Los seres humanos tendemos a organizar, de forma inconsciente y natural, cualquier campo visual, obteniendo así las mejores formas que cada ser humano no es capaz de percibir en un momento determinado, ya que en estas percepciones, como dijimos anteriormente, influyen toda una serie de motivaciones internas y externas.

Los gestaltistas Wertheimer y Köhler y los demás psicólogos de la gestalt principios del siglo XX se diferencian de los posteriores psicólogos y psicoterapeutas gestálticos en que estos últimos añaden a la percepción todo el conjunto de sensaciones, emociones, sentimientos y motivaciones que se producen en organismo en su relación e intercambio con el ambiente. La relación y mutua influencia se deriva de las necesidades del individuo y de las características del ambiente. La percepción está modulada por la motivación, en cuya base encuentran las necesidades.

Para la gestalt, el organismo es considerado como una unidad en una continua interrelación con el ambiente. Por tanto, organismo y ambiente son dos campos que se consideran en total interrelación, condicionándose mutuamente, y toda conducta tanto normal como patológica se interpreta como la expresión, o más bien como una forma de expresión, de las diferentes maneras en que el organismo funciona y reacciona en totalidad.  

La conducta patológica o "normal" depende de la capacidad que tiene el organismo para satisfacer sus necesidades sin oponerse de una forma radical y violenta a las demandas del mundo externo. El organismo se ajusta lo mejor que puede a esas demandas, y aquí se aplica la ley de la buena forma: "La percepción o adaptación es tan buena como lo permiten las situaciones estímulo".

La enfermedad no es una simple modificación de la estructura o del funcionamiento del organismo, sino que la persona enferma cuando la sensación que experimenta produce en su organismo un estado de desorden que le impide realizar adecuadamente las posibilidades y capacidades propias de su naturaleza. Cuando las situaciones estímulo son creadoras de angustia aparece un estado caótico que se expresa a través de una conducta a veces bizarra, con múltiples y variados síntomas, entre los que destaca la ansiedad, que es vivida como una sensación de peligro y destrucción inminentes.

Este peligro no es siempre, ni necesariamente, real y puede corresponder a una fantasía catastrófica de aniquilamiento o de incapacidad de realizarse según la propia naturaleza de la persona. Esto le lleva a actuar de manera desordenada y a emplear todos aquellos mecanismos que es capaz de utilizar para evitar esos estímulos negativos, que lo ponen en peligro. Posteriormente veremos los diversos mecanismos que utiliza el ser humano para evitar o eludir la angustia que pone en peligro su integridad.

Estas fantasías catastróficas de aniquilamiento suelen ser muy poderosas, y ejercen una mayor influencia en la persona durante los primeros años de vida.

Post Author: Entorno Estudiantil

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *