Qué es y qué no es el Analisis Funcional

  • Es, como su propio nombre indica, funcional. Como ya se ha mencionado, no es un análisis meramente topográfico del problema en el que se describe el comportamiento. Si bien resulta útil identificar aspectos de la forma en que éste se da (por ejemplo, especificando su duración, frecuencia e intensidad), esto resulta insuficiente. El análisis descriptivo precede al funcional pero no lo sustituye.
  • Se centra en el presente. Pese a que un evento del pasado pueda estar influyendo sobre el organismo, será lo que éste haga en el momento actual lo que se considerará fundamental en el AF. Por ejemplo, si una persona está evitando usar cajeros automáticos porque le atracaron en uno, es el recuerdo actual de este hecho y el aprendizaje derivado de él lo que se tendrá en cuenta. En este caso, el evento concreto del atraco sería una variable a tener en cuenta como facilitadora de la aparición del problema (hipótesis de origen).
  • Es dinámico, ya que su contenido (conceptual y metodológico) puede verse modificado en cualquier momento. No es una explicación estática o “fija”, ya que, aunque los elementos incluidos en él son los considerados necesarios para la predicción y control de la conducta en un momento determinado, la persona vive en un entorno cambiante. Es por ello deseable que se revise cada cierto tiempo su grado de adecuación como explicación del comportamiento de la persona.
  • Es idiográfico, puesto que describe modelos e hipótesis enfocados a las características particulares de la persona en cuestión. No se trata de un modelo estandarizado, nomotético o generalizable, y su elaboración no permite ni busca establecer principios o leyes generales ni absolutos.
  • Se trata de un heurístico que proporciona un esquema para explicar el comportamiento de la persona, organizar la información y comprender la conducta, pero no pretende describir "la realidad" de la conducta humana.
  • Es hipotético o probabilístico y no determinístico. Se expresa en términos de hipótesis que se plantean como explicaciones del comportamiento con mayores probabilidades de ocurrencia.

Habitualmente, elaborar un AF implica establecer dos tipos de hipótesis: la hipótesis de origen y la de mantenimiento. Ambas consisten en un conjunto de secuencias funcionales moduladas o influidas por variables estructurales (contexto amplio), pero se diferencian en que la hipótesis de origen ofrece una explicación tentativa de cómo se adquirió el comportamiento y la de mantenimiento explica por qué dicho comportamiento continúa a día de hoy.

Es importante señalar que la hipótesis de origen rara vez se establece en base a datos contrastables: para plantearla, dependemos de la memoria de la persona que nos cuenta cómo empezó su problema. Por lo tanto, su validez es limitada y no debe ser una guía para el tratamiento, aunque pueda tener importancia a la hora de explicar a las personas de dónde vienen sus comportamientos y por qué han surgido sus problemas. La hipótesis de mantenimiento, por el contrario, se plantea sobre datos extraídos directamente del presente, mediante métodos de evaluación lo más objetivos posibles (registros y observación, además de la entrevista). Por lo tanto, es esta hipótesis la que resulta esencial para el tratamiento.

En conclusión, El objetivo del AF es la explicación, predicción y control del comportamiento de un organismo. Su utilidad fundamental radica en operativizar los comportamientos que se quieren modificar/eliminar/instaurar y explicar por qué se mantienen, es decir, qué variables externas o internas al sujeto pueden estar influyendo en dicho comportamiento (variables disposicionales/estructurales), en relación a qué estímulos se produce (antecedentes y consecuentes) y cómo funciona.

En términos clínicos, es la herramienta de gran utilidad para explicar el comportamiento y, en base a esta explicación, establecer los objetivos de tratamiento adecuados a cada sujeto, así como las técnicas de intervención pertinentes para lograrlos. Por lo tanto, el AF guía la evaluación e intervención, representa el puente necesario entre ambas y puede ser revisado siempre que se necesite.

Post Author: Entorno Estudiantil

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