Recuperación de la información

Recordar es extraer información de la memoria de algo que hemos aprendido o vivido.

Los recuerdos no son copias exactas de informaciones o experiencias, sino que la memoria los reelabora en el momento de la recuperación.

Conocer es siempre recordar, pero no lo que fuimos o supimos, sino lo que somos y sabemos ahora. Como un paleontólogo que infiere la existencia de un dinosaurio a partir de fragmentos de hueso, las personas reconstruimos nuestro pasado combinando fragmentos de información según nuestras expectativas actuales.

Podemos aprender muchas cosas, pero ¿de qué nos servirían si no las recordáramos? Recordamos mejor la información cuando es significativa y está bien organizada, pero hay otros factores que influyen en el recuerdo:

• Recordamos mejor aquello que se relaciona con sucesos emocionalmente significativos; por ejemplo, la muerte de un ser querido. Este efecto se conoce con el nombre de recuerdos vívidos.

• La memoria depende del contexto. El olvido es la imposibilidad de acceder a los contenidos de la memoria, más que la destrucción del recuerdo. La recuperación de un recuerdo es más fácil si acontece en el mismo contexto donde ocurrió el aprendizaje.

• El estado de ánimo y el recuerdo influyen notablemente. La memoria no procesa igual  todos los estímulos, graba mejor lo interesante, lo nuevo y lo emotivo. Lo que se experimenta en un estado de ánimo será recordado mejor cuando se reinstaure ese estado de ánimo.

• Recordamos rellenando los «huecos» de la memoria. A veces, extraemos conclusiones precipitadas y afirmamos cosas que no han sucedido, en nuestro afán por salvar nuestra memoria.

Este efecto puede tener implicaciones graves en los testimonios de los testigos oculares que intervienen ante los tribunales, debido a la poca fiabilidad que pueden alcanzar sus recuerdos.

Post Author: Entorno Estudiantil

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