Típicamente, imaginamos a una persona fuerte como alguien duro, resistente y estoico. Pero esta idea se está desafiando cada vez más. Específicamente, podemos ver eso en cuanto a la emoción. Ser emocionalmente fuerte significa ser capaz de manejar y expresar tus sentimientos de una manera que te ayude y te empuje hacia adelante en la vida. Veamos las señales de que tienes este tipo de fuerza o no.
Nunca tienes miedo de mostrar tus emociones
La primera señal es que no tratas las emociones y muestras las emociones como debilidades. En cambio, reconoces el papel importante que desempeñan en tu vida diaria, y no tienes miedo de mostrar lo que sientes en este momento.
Esto no significa que lances un berrinche a la más mínima provocación, por supuesto, pero que te sientas libre de mostrar tus emociones como aparecen en lugar de suprimirlas. También significa que expresas una amplia gama de emociones.
El típico "chico duro" apenas podría romper una sonrisa o mostrar su ira libremente, pero no otras emociones. Sin embargo, la fuerza significa lidiar con todos nuestros sentimientos positivos y negativos a medida que llegan.
Conoces tu valor
La fuerza emocional significa ser capaz de respetarte a ti mismo y establecer tus límites. No tolerarás el maltrato o la falta de respeto porque sabes que vales más que eso, que puedes hacerlo mejor.
Sabes lo que puedes soportar y lo que es dañino, y puedes alejarte de personas que no te valoran. La fuerza emocional significa hacer lo correcto y lo que es mejor para ti, incluso si duele.
Puedes seguir avanzando
Ni una sola persona vive una vida libre de dolor o libre de alegría. Sin embargo, las personas emocionalmente resilientes son capaces de pasar de ese dolor y continuar sus vidas. No se dejan quedar atascados en el pasado, sino que tratan de aprender de ello y hacerlo mejor en el futuro. Esto les ayuda a vivir vidas mejores y más satisfactorias, evitando los errores del pasado.
Por otro lado, también significa dejar de lado los buenos tiempos que han pasado, de las relaciones que han recorrido su curso, y cualquier cosa que nos mantenga anclados cuando deberíamos estar zarpando hacia nuevos horizontes.
Reconoces y curas tu dolor
A diferencia del típico "chico duro", una persona emocionalmente fuerte siente dolor y, cuando lo hace, lo reconocen. Saben que dejarlo oculto no va a ayudar a nadie.
Ser emocionalmente fuerte significa entender lo que sientes y enfrentar ese dolor, expresarlo y encontrar maneras de sanarlo.
Nuestra fuerza nos permite buscar ayuda y apoyarnos en los demás, ser vulnerables, lo que requiere mucho valor. La fuerza no está en estar bien todo el tiempo, sino más bien en reconocer cuando algo va mal y abordar el problema.
Usted encuentra maneras saludables de lidiar con las emociones
A veces, nuestras emociones pueden sacarnos lo mejor de nosotros. Es cuando arremetemos o lastimamos a los que nos rodean o los rechazamos.
Una persona emocionalmente fuerte hace todo lo posible para evitar esto. Trabajan pacientemente para reconocer sus emociones y encontrar maneras de expresarlas. Podrían hablar sobre sus sentimientos, escribir sobre ellos, trabajar para abordar la situación subyacente. Son proactivos en la expresión de sus emociones y no esperan para explotar.
Ser una persona emocionalmente fuerte significa conocer y manejar sus emociones sin la necesidad de negarlas, reprimirlas o ignorarlas. Más bien, nos ayuda a experimentar toda la gama de emociones y ser capaces de lidiar con cualquier situación de una manera saludable, una que no nos dañe a nosotros mismos o a los demás.
Podemos desarrollar nuestra fortaleza emocional al conocer quiénes somos y los sentimientos que experimentamos y encontrar diferentes maneras de expresar emociones.
Si a menudo no sabemos lo que sentimos o tendemos a arremetiendo, podríamos centrarnos en desarrollar esta característica.
