Vladimir Lenin

En los albores del siglo XX, una monarquía autocrática luchaba por hacerse con el control de Rusia. El último zar, Nicolás II, gobernó desde su gigantesco Palacio de Invierno de San Petersburgo sobre un vasto y revuelto reino de terratenientes adinerados, campesinos empobrecidos y proletarios muertos de hambre. Había protestas para exigir más libertades políticas, pero el ejército del zar acallaba sistemáticamente el clamor que pedía reformas y colgaba a los disidentes o los enviaba a prisión en Siberia. Para el pueblo ruso, la Primera Guerra Mundial, que estalló en 1914, fue el colmo: horrorizado por la matanza —1,7 millones de soldados rusos perecieron en nombre de la política por el poder europea—, el pueblo finalmente derrocó al zar en 1917.

En un principio, los reformistas rusos esperaban reemplazar la monarquía por una democracia liberal similar a las de Francia y Gran Bretaña, pero un activista político de mediana edad de la ciudad de Simbirsk albergaba otros planes. Un año después de la abdicación del zar, Vladimir Ilich Lenin (1870-1924) y sus seguidores comunistas se hicieron con el poder en Rusia. Rechazaron la democracia liberal y trataron de construir un nuevo tipo de gobierno organizado según la filosofía política marxista. Lenin y los comunistas crearon una nación nueva de entre las cenizas del antiguo Imperio zarista: la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS).

Durante el gobierno del zar, Lenin pasó muchos años en el exílio o en prisión por sus actividades subversivas. En aquella época dio forma a una serie de ideas que pasarían a conocerse como leninismo; su objetivo consistía en crear un modelo a partir del pensamiento de Karl Marx con el que gobernar un Estado comunista. En la práctica, el leninismo y la Unión Soviética desembocaron en un enorme sufrimiento para el pueblo ruso.

Antes de que Lenin falleciera, en 1924, su gobierno había prohibido la empresa privada, había ejecutado a miles de disidentes y había provocado una hambruna que mató a millones de ciudadanos. Sin embargo, la revolución de Lenin triunfó a la par que la producción industrial, y a finales de la Segunda Guerra Mundial la Unión Soviética ya era una superpotencia militar. Iosiv Stalin se hizo con el control del país a la muerte de Lenin y mantuvo el liderazgo del Partido Comunista durante su despiadado reinado de 30 años.

OTROS DATOS DE INTERÉS

1. Tras su muerte, el cadáver de Lenin fue embalsamado y colocado en un mausoleo en el centro de Moscú, donde aún permanece hoy día.

2. En Lenin se inspira el personaje del viejo mayor del famoso libro Rebelión en la granja, de George Orwell (1903-1950).

3. El zar depuesto y su familia fueron asesinados por los soviets en 1918.

Post Author: Entorno Estudiantil

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