A medida que envejecemos, tenemos que adquirir mejores prácticas. Algunas cosas que podríamos hacer cuando éramos jóvenes, no funcionarán tan bien más adelante. Además, a medida que envejecemos, es señal de sabiduría construir hábitos sólidos y evitar aquellos que pueden llevarnos a la ruina, ya sea que hablemos de finanzas o de emociones. Estas son las cosas clave que debes dejar de hacer a medida que envejeces.
No compartas todo con las personas más cercanas a ti
La primera lección es aprender a guardarse algunas cosas para uno mismo. Si bien la verdad suele ser el camino correcto a seguir, a veces puede hacer más daño que bien. Podría hacerte daño a ti o a otros y, en ambas situaciones, es importante hacer lo mejor.
Hay secretos que quizás quieras compartir para desahogarte, pero que podrían hacer que otros sientan dolor, vergüenza o preocupación.
Revelar secretos de hace años puede parecer correcto, pero podría herir profundamente a quienes nos rodean, sin que puedan recurrir a ellos. Otras cosas, pensamientos y sentimientos pueden no ser necesariamente malos, pero se sienten muy privados. Es bueno conservarlos según nos sintamos cómodos; No le debemos a nadie revelar absolutamente todo, por muy cercanos que sean quienes nos rodean.
No dependa de un solo ingreso; en su lugar, tenga un trabajo adicional
Una fuente de ingresos es buena, pero muchas veces no es suficiente. Necesitas saber cómo construir otra corriente y asegurarte de que no todos tus huevos estén en la misma canasta. En lugar de esto, cultiva diferentes oportunidades de ingresos que te ayudarán a ser más solvente financieramente y estar mejor preparado para cualquier eventualidad.
Podrías cultivar un flujo de ingresos pasivo, algo que no requiera mucho tiempo, como vender productos digitales, recibir regalías, alquilar un departamento o una casa. Quizás sea un segundo negocio que requiera mayor inversión en términos de tiempo y dinero pero que puedes trabajar y crecer con éxito. De cualquier manera, puedes sentirte seguro cuando tienes más de una fuente de ingresos, ¡y al menos dos son imprescindibles en el mundo impredecible de hoy!
La salud es la prioridad número uno.
Cuando somos jóvenes, estamos dispuestos a trabajar duro y esforzarnos también en el tiempo libre. Podemos quedarnos despiertos toda la noche, beber mucho y comer cualquier cosa que encontremos. Pero a medida que envejecemos, debemos considerar que la salud es nuestro mayor activo.
Todo puede parecer importante pero si la salud desaparece, de repente es lo único verdaderamente importante. Sin salud no podemos disfrutar del dinero, del tiempo ni de nada más. Así que presta atención a tu salud y no te esfuerces demasiado.
No intentes replicar el estilo de vida de alguien, especialmente si no puedes permitirte el lujo de hacerlo.
La sabiduría viene con la edad y puede moderar los sentimientos de envidia, celos y emociones igualmente tóxicas. Deberíamos aprender que un estilo de vida no es algo que debamos copiar, especialmente si está por encima de nuestro nivel de ingresos.
En su lugar, construya un estilo de vida que se adapte a sus necesidades. Debe tener en cuenta sus necesidades físicas y emocionales para garantizar que su salud se mantenga bien (ver arriba). Pero un estilo de vida también debería hacerte feliz y satisfecho. Puede incluir un tipo específico de trabajo, un conjunto particular de pasatiempos y, por supuesto, dejar tiempo para dedicarlo a sus seres queridos y a usted mismo también.
No te tomes las críticas como algo personal
Otra estrategia inteligente e importante es nunca tomar las críticas como algo personal. Necesitamos retroalimentación negativa para mejorar, y una de las peores estrategias para el desarrollo es ignorar ese consejo para sentirnos mal.
Las críticas pueden doler y muchas personas las expresan de la peor manera posible, siendo groseras o introduciendo un ataque personal, lo que puede resultar aún más difícil de aceptar. Sin embargo, incluso si la crítica fue lanzada como un ataque, no vale la pena tomársela como algo personal.
La forma más madura y eficaz de aceptar las críticas es evaluarlas. ¿Hay algo útil aquí, aunque duela oírlo? Si es así, podemos aplicarlo a nuestra vida personal. Si no, podemos descartarlo y no pensarlo más.
Sigue los consejos de todos (pero no todos los consejos)
Otra cosa importante a considerar es que puedes encontrar buenos consejos en cualquier lugar. A veces, nos cerramos a los consejos o ideas por quién provienen. Claro, deberíamos evaluar todos los consejos de manera crítica y preguntarnos si es algo que se aplica a nosotros. Pero muchas veces esto no depende de quién nos dé ese consejo.
Una persona que no te agrada o alguien que es muy diferente a ti podría ofrecerte un buen consejo porque su perspectiva es muy distintiva y fresca. No descartes sus ideas. Evalúelos por sus propios méritos.
