Al inicio de la película, se muestra a Trujillo dando un discurso

El poder del jefe I 

Al inicio de la película, se muestra a Trujillo dando un discurso en su primera vez en los Estados Unidos, donde expresó: “Yo me siento feliz al pisar hoy por primera vez la noble tierra americana y traigo un saludo muy cordial del pueblo y el gobierno dominicanos, para el pueblo y el gobierno americanos. Agradezco profundamente la recepción que se me ha ofrecido hoy a nombre del gobierno y pongo mi corazón al servicio de los ideales de paz, de unión y de cordialidad en el continente Americano.”

Rafael Leónidas Trujillo Molina gobernó la República Dominicana desde 1930 hasta 1961. 

Para 1940, tenía bajo su propiedad una buena parte de la actividad económica nacional a través de varias empresas que monopolizaban la comercialización de productos básicos. 

Para 1960, sus inversiones habían ascendido velozmente llegando a poseer sólo en la industria azucarera (la más importante del país) el 60% de toda la inversión; un 30% en las empresas de capital norteamericano y un 10% en sectores de la burguesía tradicional. A parte de las numerosas inversiones que poseía en otros renglones de la economía, como en tierras, industrias, ganadería y bienes inmuebles, entre otras. 

Acumuló una fortuna personal de casi 800 millones de dólares, estimada entre las 6 más grandes del mundo en su época. 

En su dictadura, se inició el proceso de industrialización del país, se crearon sólidas instituciones del estado dominicano, se eliminó la deuda externa y se establecieron los más altos niveles de independencia política y económica que conociera la República Dominicana durante el siglo XX, dentro de los márgenes permitidos por el gobierno norteamericano. 

En su gobierno exhibió una completa falta de escrúpulos, utilizando el fraude y la deshonestidad para conseguir cualquier propósito, y cuando estos le fallaban, utilizaba con igual naturalidad la violencia y el asesinato. 

Trujillo no permitió ningún tipo de oposición a su régimen. Conservadores establecen que fueron más de 30,000 las personas que perdieron la vida bajo su dictadura.

Historia

Su carrera comenzó durante la intervención militar. El 15 de mayo del 1916 la marina norteamericana invade la República Dominicana alegando la defensa de Juan Isidro Jiménez, que se encontraba asediado por Desiderio Arias, diciendo que la República había violado la Convención Dominico-Americano de 1907. Desarmaron a la población y formaron la Guardia Nacional con jóvenes dominicanos y americanos. El 18 de diciembre de 1919 ingresó Trujillo recibiendo su primera prueba de armas contra los gavilleros. 

El 15 de agosto de 1921 ingresó a la escuela para oficiales de Haina. Fue considerado uno de los mejores. En octubre del siguiente año, fue nombrado Capitán de la Policía Nacional y Jefe de la sexta compañía. 

El 23 de febrero de 1924, se retiraron las tropas norteamericana dejando el país organizado y más modernizado, pero volvieron a poner restricciones con la Convención Dominico-Americana de 1924. Luego de la desocupación, ganó la presidencia Horacio Vásquez en las elecciones del 15 de mayo de 1924 contra Francisco J. Peinado, siendo vicepresidente Federico Velásquez. En este gobierno Trujillo fue ascendido a Mayor y Comandante. El 6 de diciembre de 1924 el presidente Vásquez ascendió a Trujillo a Teniente Coronel. 

Los horacistas querían prolongar a 2 años más el gobierno de Horacio provocando esto una ola de protestas. En 1929 hubo mucha corrupción administrativa y desorden financiero por lo que vino una comisión financiera enviada por el vicepresidente Charles Dawes con la intención de organizar las finanzas del país. 

Hubo luchas internas por el poder. En la lucha contra Alfonseca, Horacio estimulo el poder de Trujillo. Para ese tiempo, las actividades conspirativas de Trujillo eran conocidas por todos. 

A pesar de su promesa de no reelegirse y a pesar de su deteriorada salud, Horacio Vásquez decidió presentarse nuevamente como candidato presidencial. 6 días después, voló hacia los Estados Unidos, donde se sometería a una intervención quirúrgica para extirparle el riñón izquierdo. Al asumir las funciones de presidente de la República, el vicepresidente Alfonseca organizó un plan para destituir a Trujillo de la jefatura del ejército, pero luego desistió. 

4 de enero de 1930 vuelve de los Estados Unidos el presidente Vásquez y, recién operado y débil, reanudó sus funciones en la mansión presidencial. Sus colaboradores cercanos le informaron sobre el plan de conspiración de Trujillo y le pedían que lo destituyera de inmediato. Pero Vásquez no les creyó y confió en Trujillo. 

En 1930, la República Dominicana estaba sumergida en una profunda crisis por la caída de los precios de los productos dominicanos en el mercado americano, provocando esto una ola de descontento y una aguda crisis política, afectando las principales instituciones del Estado, con excepción del ejército, que se encontraba con una disciplina indestructible. 

Debido a esta situación, los políticos de esa época cortejaban a Trujillo tratando de conseguir el respaldo del ejército para sus proyectos particulares; unos de estos fue Rafael Estrella Ureña, quien en su regreso al país con un grupo de profesionales de Santiago, fundó el Partido Republicano y comenzó a conspirar clandestinamente junto a Trujillo. Ante la negativa de los americanos de respaldar la conspiración, Trujillo envió a 3 de sus colaboradores para realizar una consulta con el coronel norteamericano Richard M. Cutts, el cual había sido jefe de Trujillo durante la intervención, y quien se encontraba en Puerto Príncipe, Haití. 

En enero del 1930, el ministro norteamericano en Santo Domingo, Evan Young, quien tenía gran influencia sobre Trujillo y a quien éste le había prometido respetar el orden constitucional, fue relevado de su puesto pasando a ocupar su lugar Charles Curtis. 

El 23 de febrero de 1930, Rafael Estrella Ureña respaldado por Desiderio Arias y Elías Brache, tomó a la fuerza la fortaleza de San Luis, y como no encontraron resistencia, de inmediato organizaron la marcha hacia la capital. El presidente Horacio Vásquez, su esposa Trina de Moya y su gabinete solicitaron asilo en la legación diplomática norteamericana, pero el ministro norteamericano le aseguro que no era necesario, porque Trujillo le aseguró ser fiel al gobierno. Momentos después, Vásquez ordeno la salida de Alfonseca. 

En febrero de 1930, la ciudad de Santo Domingo fue tomada por los rebeldes, mientras el ejecito se mantenía acuartelado bajo las órdenes de Trujillo. Finalmente, con la mediación de la legación americana, se llegó a un acuerdo con el dirigente de los rebeldes y el general Horacio Vásquez. En este, acuerda la renuncia inmediata de Vásquez y el nombramiento de Rafael Estrella Ureña como Ministro de Interior, que luego pasaría a ocupar la presidencia de la República. Otros de los acuerdos fueron: nombrar un gabinete representativo de todos los partidos, garantizar y respetar los resultados de las próximas elecciones y eliminar todo tipo de restricción a los candidatos con excepción del doctor Alfonseca y el general Trujillo, los cuales no podrían presentarse como candidatos. 

Aún con el acuerdo, comenzó a rumorear que Trujillo sería proclamado candidato a la presidencia. A mediados del mes de marzo, 6 pequeños partidos se unieron bajo el nombre de Confederación de Partidos y proclamaron las candidaturas de Trujillo y Rafael Estrella Ureña para la presidencia y vicepresidencia. Los horacistas, que estaban en el Partido Nacional, y los velasquistas en el Progresista, se unieron y revivieron la Alianza Nacional para respaldar la candidatura de Federico Velásquez y Ángel Morales para la presidencia y vicepresidencia. 

En 1930, la mayoría ingresos del país procedía de las aduanas y de las industrias azucareras. Las aduanas estaban controladas por el gobierno norteamericano y las industrias, en su mayoría, eran propiedades de compañías americanas. Los partidos no reconocidos por el gobierno norteamericano no podían recurrir a estos ingresos por lo que estos jugaron un papel importante en los eventos políticos. Desde el primer momento, Trujillo y los otros partidos trataron de que de los norteamericanos tomaran el visto bueno por sus partidos. El 27 de marzo de 1930, Trujillo, acompañado de Rafael Brache y Roberto del Pradel, se trasladó al condado del Comendador en la frontera con Haití, donde con el patrocinio del Departamento de Estado Americano, sostuvo una entrevista con el coronel Richard Cutts, del cuerpo de marina de los Estados Unidos. Los candidatos de la oposición se retiran de proceso electoral y empiezan un proceso judicial en la corte de apelación de Santo Domingo para solicitar la anulación de las elecciones. 

El 16 de mayo del 1930 se celebran las elecciones con la participación de un solo candidato, el general Leónidas Trujillo. Según las investigaciones, solo un 25% del electorado votó. Y sin embargo, Trujillo ganó con más votos que votantes. El horrible asesinato del dirigente horacista Virgilio Reyna y su esposa en estado de embarazo, nos muestra hasta donde era capaz de llegar Trujillo para poner el poder en sus manos. En julio de 1930, la oposición organizó un levantamiento armado en todo el país para tratar de echar del poder a Trujillo. En Moca, el general Cipriano Bencosme se rebela en armas y se va a las montañas. En Santiago, Piro Estrella se alza en las montañas de las zonas. Pero Trujillo enfrenta estos levantamientos y ordena el arresto de los dirigentes opositores y se traslada a Moca para dirigir las operaciones contra los alzados. 

Luego de 5 meses de persecución, el general Bencosme cae abatido por las tropas del ejército. Para esos días fueron muchos los que se exiliaron. Horacio Vásquez, Martín de Moya, Ángel Morales, Federico Velásquez y otros, se exiliaron en Puerto Rico. Trujillo inicio la práctica de humillar y doblegar a su voluntad a figuras importantes desde antes de juramentarse como presidente. 

El 16 de agosto de 1930, Rafael Leónidas Trujillo tomó posesión de la presidencia de la República. Al asumir la presidencia, Trujillo contaba con 37 años de edad. Trujillo nació en San Cristóbal el 24 de octubre de 1891, en un hogar provinciano de clase media. Era el tercer de 11 hijos y sus padres eran José Trujillo Valdez y Julia Altagracia Molina Chevalier. Con un padre borrachón y mujeriego, Trujillo se crió carente de cariño. No llegó a cursar más del quinto curso de primaria. 

Gracias a la recomendación de su tío Plinio Chevalier y Teódulo, fue aceptado en varios trabajos, primero como operador del telégrafo de San Cristóbal, luego como guardia campestre en el ingenio Boca Chica y, finalmente, como oficial de la guardia nacional. 

En el 1930, la República Dominicana tenía una población aproximada de 1,256,048 habitantes, de los cuales 80% vivían en el campo, y más del 80% eran analfabetos. Solo tenía 3 carreteras principales. Una economía basada en la agricultura y orientada hacia la exportación. Su territorio estaba dividido políticamente en 12 provincias. 

De los miembros que conformaban el gabinete de Trujillo, ninguno tenía buena fama, entre estos estaban: Rafael Vidal Torres, Elías Brache, Roberto Despradel, Antonio Jorge, Jacinto Peynado, entre otros. Teódulo Pina Chevalier, tío de Trujillo, era quien ejercía mayor influencia sobre este. 

El 3 de septiembre de 1930, la ciudad de Santo Domingo fue destruida por un poderoso huracán. El ciclón de San Zenón dejó un total de 2.000 muertos, 6.000 heridos, más de 9.500 edificaciones destruidas y alrededor de 30,000 damnificados. En medio del desastre, Trujillo dio muestra de su capacidad como gobernante. 

En marzo del 1931, el general Desiderio Arias se rebeló en las montañas de Mao. Con la muerte de éste, desapareció el último caudillo regional dominicano y quedo eliminada por completo la oposición a este. En diciembre de 1931, Trujillo realizó realizo un recorrido por las 12 provincias con desfiles de armas. En 2 de agosto del 1931 se funda el Partido Dominicano, era el único partido y era obligatorio afiliarse a este. En lo que sea que el ciudadano fuese a hacer debía mostrar el carnet del partido conocido como “La Palmita”. El símbolo que adoptó el partido fue una palma real y su lema, 4 palabras que coincidían con el nombre del dictador: Rectitud, Libertad, Trabajo, Moralidad. 

En la ley de emergencia, en octubre de 1931, Trujillo dispuso una serie de medidas económicas: paralización unilateralmente de los pagos por concepto de amortización de la deuda externa con la banca norteamericana, disminuyó el gasto del estado por medio de despidos masivos y reducciones de sueldos, equilibró la balanza comercial por medio de disminución de las importaciones; diseño una política estatal de incentivo a la producción nacional de arroz, grasa animal, queso etc., fomentando así la producción del mercado interno y sustituyendo la gran mayoría de las importaciones. Estas medidas mantuvieron controlada la crisis económica que sufría el país. 

Trujillo era un hombre inteligente, sereno, valiente, organizado y trabajador con un extraordinario don de mando pero con profundo sentimientos oscuros. 

El 26 mayo de 1933, el congreso le otorga el título de "Generalísimo de los Ejércitos Nacionales”. En octubre del 1934 se le otorga también el título de “El Padre de la Patria Nueva” y el 16 de agosto, el congreso le otorgó el de “Benefactor de la Patria”. 

En febrero del 1939, se celebra en San Cristóbal la convención nacional del Partido Dominicano, la cual eligió a Trujillo como candidato para las próximas elecciones (1934-1938).

El 16 de mayo del 1934, se efectuaron las elecciones con el Partido Dominicano como único partido, y Trujillo, como único candidato. Tres meses después, se juramentó para un nuevo periodo llevando como vicepresidente a Jacinto Peynado. 

Trujillo y la iglesia 

Trujillo, desde antes de tomar el poder quiso tener el respaldo de la iglesia, por lo que desde que asumió la presidencia, tomó una serie de reglas que favorecían a la iglesia. Entre ellas estaban, el otorgamiento de personería jurídica en abril de 1931 y la asignación de un subsidio para ayudar a afrontar su crítica situación económica. En agosto del 1931, el arzobispo de Santo Domingo, Monseñor Adolfo Nouel, le otorgó la orden jerosolimitana del Santo Sepulcro. Mientras Monseñor Nouel estuvo al frente del arzobispado de Santo Domingo. La iglesia mantuvo muy buenas relaciones con Trujillo, pero cuando en el 1932, el vaticano nombró al padre Rafael Castellanos para dirigir el arzobispado, la política de Trujillo para con la iglesia sufrió un duro revés. 

Trujillo utilizó un sin número de artimañas para destituir a Castellanos de su cargo, e hizo al congreso designar a Monseñor Nouel como arzobispo vitalicio y asesor eclesiástico del gobierno. La muerte del padre Castellanos en enero de 1934 despejó el camino para que Trujillo llevara a cabo su estrategia con relación a la iglesia. Con la llegada del reverendo Ricardo Pittini como arzobispo de Santo Domingo en agosto de 1935, las relaciones de la iglesia católica con el régimen de Trujillo se fortalecieron. Para su segundo régimen tenía una sólida base: las fuerzas de las armas, el poder del dinero, la legitimidad conquistada con la ayuda de la iglesia católica y los intelectuales que le siguieron. 

La matanza de 1939 

De 1930 a 1937, Trujillo viajo 4 veces a Haití y sostuvo igual número de encuentros con el presidente haitiano Stenlo Vincent, quien también visito Santo Domingo en varias ocasiones. El primero de estos encuentros lo sostuvieron en Cabo Haitiano y en Dabajón en octubre de 1933. En esta ocasión, Trujillo y Vincent acordaron reiniciar las negociaciones para la firma de un nuevo acuerdo fronterizo. 

Finalmente, luego de intensas negociaciones en marzo de 1936, Trujillo retornó a Puerto Príncipe y firmó junto a Vincet el protocolo que puso fin a la disputa fronteriza y estableció los nuevos límites de la frontera. En 1935, según el censo residían en la República Dominicana un total de 52,657 haitianos, ubicados la mayoría, en la parte norte del país, creando su propia base económica de sustentación. 

A finales de 1937, el proyecto de Trujillo de blanquear la raza, confluyeron en la ejecución de una orden horrenda, sangrienta y perversa. 

Durante 12 días, del 28 de septiembre al 8 de octubre, fueron asesinados alrededor de 15,000 haitianos y sus propiedades confiscadas por sus ejecutores. 

Post Author: Entorno Estudiantil

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