Estructura de la piel: Epidermis, dermis, hipodermis y anexos

La piel forma una cubierta continua, con pliegues que aumentan su superficie. La piel se interrumpe a nivel de los orificios naturales, donde se continúa con las diversas mucosas.

El color de la piel depende de la circulación sanguínea y de los pigmentos contenidos en las células de la epidermis. Varía con la región del cuerpo, con la edad y con la raza.

La superficie de la piel presenta crestas, separadas por surcos. Las hileras de papilas de la dermis forman el soporte de tejido conectivo de las crestas de la piel y están muy desarrolladas en la palma y en la planta de los pies. Las huellas digitales se basan en la configuración única, para cada persona, del ordenamiento de los surcos de la piel que se encuentran en el pulpejo de los dedos.

También se presentan pliegues de flexión en las superficies de las articulaciones y arrugas o líneas de expresión en la cara, características del envejecimiento, por la contracción de los músculos subyacentes.

En las superficies elevadas de la piel se abren las glándulas sudoríparas. En los pliegues se ubican los pelos y los poros de las glándulas sebáceas.

Epidermis

La epidermis es un epitelio estratificado escamoso queratinizado. En la epidermis no hay vasos sanguíneos o linfáticos. El estrato basal (profundo) es donde se produce la formación de nuevas células (queratinocitos), que regeneran la epidermis en aproximadamente 30 días. En la superficie de la epidermis, las células maduras queratinizadas que forman el estrato córneo, se eliminan por descamación. La queratina producida por estas células protege a las capas más profundas del calor, de la entrada de materiales extraños y repele el agua.

En las capas profundas de la epidermis también se encuentran los melanocitos (células pigmentadas de origen neuroectodérmico) que producen melanina, pigmento oscuro que protege a las células del estrato basal de las radiaciones ultravioletas nocivas.

Las células dendríticas (de Langerhans) pertenecen al sistema inmunitario y tienen una forma estrellada con muchas ramificaciones. Se originan en la médula ósea, se ubican en el estrato espinoso y desencadenan respuestas
inmunitarias primarias.

En contacto con la membrana basal de la epidermis hay epiteliocitos táctiles [células de Merkel], que corresponden a receptores del tacto conectados a las terminaciones nerviosas de las neuronas sensitivas.

El espesor de la epidermis varía de acuerdo con la región de la piel y el grado de fricción a la que está expuesta. La epidermis de la piel gruesa tiene una capa más, el estrato lúcido, entre el granuloso y el córneo. En las palmas y las plantas se encuentra la piel gruesa.

Dermis

La dermis (corion) se ubica profunda a la membrana basal de la epidermis y es la capa más gruesa de la piel. Contiene los vasos sanguíneos y linfáticos, nervios y anexos cutáneos. Es un tejido conectivo denso, con gran resistencia y elasticidad, con fibras de colágeno orientadas en el sentido de las líneas de tensión [líneas de Langer], entrelazadas con fibras elásticas.

Se distinguen dos regiones en la dermis, una más superficial, la capa papilar y una más profunda, la capa reticular.

La capa papilar limita con la epidermis y consiste en un tejido conectivo con fibras finas de colágeno y elastina. En la superficie presenta protrusiones cónicas redondeadas, las papilas dérmicas. Estas papilas se proyectan hacia la epidermis formando una amplia superficie de unión. La cantidad y altura de las papilas está relacionada con la exigencia mecánica de ese sector de la piel. En las papilas se encuentran asas capilares y receptores táctiles.

La capa reticular limita con el tejido subcutáneo y consiste en un tejido conectivo denso irregular con fibras de colágeno formando una red y algunas fibras elásticas entrelazadas. Estas redes de fibras le otorgan resistencia, extensibilidad y elasticidad a la piel. El espacio entre las fibras está ocupado por células adiposas, vasos, fibras nerviosas y los anexos de la piel.

Anexos de la piel

Las estructuras anexas de la piel (glándulas cutáneas, pelos y uñas) se desarrollan en el embrión a partir de la epidermis.

Glándulas cutáneas

Las glándulas sudoríparas ecrinas son glándulas tubulares simples, enrolladas. Su porción secretora se ubica a nivel de la dermis profunda, en ocasiones en el tejido subcutáneo, y el conducto excretor termina en la superficie de la piel a través de un poro. Están diseminadas en toda la piel, pero son más numerosas en la frente, las palmas y las plantas. La función de estas glándulas es producir el sudor que, con su evaporación, contribuye a la regulación de la temperatura corporal.

Hay glándulas sudoríparas apocrinas que se ubican en la piel con vello y comienzan a funcionar en la pubertad. Su conducto excretor se abre en los folículos pilosos y están ubicadas en axila, ingle y aréola.

Las glándulas sebáceas holocrinas son glándulas acinosas ramificadas en racimo. Producen una sustancia oleosa denominada sebo. La mayoría desembocan en los folículos pilosos (complejo pilosebáceo). El sebo recubre la superficie del pelo y lo humecta. También evita la evaporación del agua de la piel y la mantiene flexible y suave. No existen en la palma de las manos ni en la planta de los pies.

Pelos

Los pelos son filamentos córneos producidos por la epidermis. El epitelio se invagina formando un cilindro, la vaina radicular, que rodea al pelo. La glándula sebácea desemboca en la vaina radicular. El pelo posee una raíz profunda que penetra en la dermis y un bulbo piloso que junto con la papila dérmica del pelo forman el folículo piloso.

Se encuentran presentes en la mayor parte de la piel, excepto en las palmas, la superficie palmar de los dedos, los talones y las plantas de los pies.

Presentan una distribución que varía según el sexo. Se distribuyen con mayor densidad en el cuero cabelludo y a partir de la pubertad, en el pubis, alrededor de los genitales externos, las axilas y la cara.

Los pelos tienen como funciones la participación en la percepción táctil, la protección solar y la disminución de la pérdida de calor. Protegen de la entrada de partículas extrañas a la cavidad nasal y el conducto auditivo externo. Las pestañas y las cejas protegen a los ojos.

músculo erector del pelo

El músculo erector del pelo se encuentra en el espesor de la dermis. Es un músculo liso que se extiende desde la parte media del folículo piloso hasta la capa papilar de la dermis. Con su contracción pone la “piel de gallina”, produciendo la erección del pelo. Cuando cambia la inclinación del pelo, también comprime y vacía hacia la superficie la glándula sebácea anexa. Está inervado por fibras nerviosas del sistema simpático y es estimulado por el frío o las emociones. Está ausente en las pestañas, las cejas, las vibrisas, los tragos y la barba.

Uñas

La uña (unguis) es producida por la epidermis. Protege el extremo distal de los dedos y aumenta la resistencia a la presión del pulpejo de estos.

Las uñas están formadas por escamas córneas que se aplican sobre el lecho ungueal. En la región proximal del lecho, cubierta por la raíz ungueal, se encuentra la matriz ungueal, que es la responsable del crecimiento continuo de la uña. La matriz se extiende hasta el arco de la lúnula. El hiponiquio es la porción de epidermis cubierta por la placa ungueal ubicada más distal.

Post Author: Entorno Estudiantil

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