El Siglo de las Luces y la Enciclopedia en Francia

A mediados del siglo XVIII, entre 1748 y 1765, el filósofo francés Denis Diderot, ayudado por D´Alambert, elaboró la monumental obra conocida como Enciclopedia o Diccionario razonado de ciencias, artes y oficios. La Enciclopedia está integrada por 35 volúmenes con textos, dibujos, cuadros y grabados realizados por un conjunto de artistas, científicos y humanistas ilustrados.

Muchos de ellos se inspiraron en los cambios ocurridos en Inglaterra durante los siglos XVII y XVIII. En Inglaterra vieron un modelo, pues lo consideraron el país más libre del mundo, donde los ciudadanos estaban protegidos por la ley contra cualquier exceso o arbitrariedad, incluso del rey. En la Enciclopedia se intentó reunir todo el saber del mundo en relación con los oficios, las artes y las ciencias, incluidas también las técnicas, las costumbres, las modas, los estilos, las curiosidades y los viajes.

Su finalidad fue combatir la ignorancia y brutalidad, darle un orden a los conocimientos, difundirlos y abrir con ello nuevos caminos a la invención y la creación. En suma, buscar un mejor porvenir. En esta obra quedaron plasmadas las nuevas corrientes del pensamiento y las radicales críticas del momento hacia las ideologías tradicionales.

Ella se convirtió en el foco de las controversias religiosas y humanistas de su tiempo. Al estallar la Revolución Francesa en 1789, los grandes ilustrados ya habían muerto; sin embargo, sus ideas expuestas en libros, cartas y panfletos se habían propagado gracias a los avances del correo y las comunicaciones.

Los textos se leían en los salones y se comentaban en lugares de reunión. Pero, sobre todo, se estudiaban en las escuelas. La mayoría de los que asistían a ellas eran hijos de burgueses profesionales, industriales, comerciantes y rentistas, hijos de artesanos y pequeños nobles.

Las ideas también circulaban entre los sirvientes de las ciudades, pero no en las zonas rurales, donde estaba la mayor parte de la población francesa, alrededor de 80%. En el campo se mantuvieron las tradicionales creencias religiosas. Los campesinos se unirían a la Revolución por problemas sociales y económicos, mas no por la influencia de los filósofos ilustrados.

Post Author: Entorno Estudiantil

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