La última cena

Leonardo da Vinci pintó La última cena para su patrón, Ludovico Sforza, entre 1495 y 1498. Ubicada en el muro norte del comedor del convento milanés de Santa Maria delle Grazie, es una de las obras de tema bíblico más famosas de la historia del arte occidental.

La última cena muestra a Cristo rodeado por los 12 apóstoles justo antes de que Judas lo entregue a los romanos. De acuerdo con la teología cristiana, este episodio marca la primera celebración de la eucaristía, puesto que fue durante esa cena cuando Cristo transformó el pan y el vino de la mesa en su cuerpo y sangre.

Todas las figuras están dispuestas a un lado de la mesa, que actúa como una especie de barrera que separa el hecho sagrado de los apóstoles que comían frente al mural. De izquierda a derecha aparecen los discípulos Bartolomé, Santiago el Menor, Andrés, Judas Iscariote, Simón Pedro y Juan. Cristo está en el centro exacto. Al otro lado, Tomás, Santiago el Mayor, Felipe, Mateo, Judas Tadeo y Simón el Zelote.

De acuerdo con el autor del siglo XVI Giorgio Vasari, que escribió biografías de la mayoría de los artistas italianos famosos del Renacimiento, el fresco de Leonardo quería captar el preciso instante en el que Cristo dice: «Uno de vosotros me entregará» (Mateo 26, 21). Los apóstoles aparecen pues reaccionando a sus palabras, expresando cada uno emociones diferentes (negación, duda, ira, incredulidad o amor).

En otro pasaje relevante de los Evangelios (Lucas 22, 21), Cristo dice: «La mano del que me entrega está conmigo en la mesa». En el fresco de Leonardo, Judas es el único que se halla junto a Cristo con su mano sobre la mesa. Su cara está envuelta en sombras, y su cuerpo retrocede físicamente ante el de Jesús. En otras representaciones anteriores de la escena realizadas por otros artistas, Judas aparecía aislado del resto del grupo, ¡o bien sentado y a solas en el lado opuesto de la mesa o bien de  su lado . Leonardo lo diferencia de los apóstoles buenos de una manera más sutil, centrándose en su estado mental más que en sus atributos externos.

El mural comenzó a deteriorarse no mucho después de haber sido pintado. Leonardo, que trabajaba con meticulosa precisión, no empleó las técnicas habituales en un fresco porque obligaban a pintar con más rapidez. En su lugar, experimentó con una mezcla de témpera y aceites que demostró ser muy inestable: el moho y las grietas empezaron a aparecer a los pocos años.

Además, en 1652 se horadó una puerta en el muro lo cual destruyó la parte en la que aparecían los pies de Cristo. Los intentos de restauración acometidos en los siglos XVIII y XIX sólo tuvieron éxito parcial. Durante la Segunda Guerra Mundial una bomba causó daños en el comedor. En 1978 se llevó a cabo una gran campaña de restauración a cargo del gobierno italiano y supervisada durante más de dos décadas por Pinin Brambilla Barcilon. El fresco recién restaurado se v vio a abrir al público en 1999, una vez que el comedor estuvo equipa con un sistema de climatización.

Post Author: Entorno Estudiantil

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