Contribuciones de la Terapia Filial a la psicoterapia infantil

La Terapia Filial es única porque hace que sean los padres quienes principalmente apliquen la terapia de juego centrada en el niño (Axline,1969) a sus propios hijos. Un terapeuta entrenado en esta técnica enseña a los padres a actuar de manera independiente en la función terapéutica y durante el curso de las sesiones de juego los supervisa. (Guerney, L. en Schaefer, 2005). Lo esencial en la Terapia Filial es que los padres sirvan como agentes de cambio primarios de sus propios hijos durante todo el curso de tratamiento.

De la aplicación de esta técnica se derivan dos planteamientos teóricos. En primer lugar, la Terapia Centrada en el Niño de Virginia Axline (1947, 1969) que es el fundamento teórico de las sesiones de juego y el método de enseñar a los padres se deriva de la teoría del reforzamiento propuesta por Skinner (1953).

Cuando la Terapia Filial se emplea para fines clínicos, es necesario realizar algún tipo de procedimiento de inducción. Además de los procedimientos de diagnóstico y orientación que utilizan los clínicos en el tratamiento infantil, se requiere valorar la conveniencia de abordar los problemas que presenta el menor con el modelo de la Terapia Centrada en el Niño y la capacidad de los padres para participar como agentes de cambio primarios.

Los niños de entre 3 y 10 años de edad son idóneos para este tipo de modalidad terapéutica. Aunque también es posible tratar con Terapia Filial a niños menores de tres años, ya sea que ellos presenten algún tipo de problema emocional o que se les involucre por tener un hermano que necesite el tratamiento. La claridad del lenguaje no es necesaria ya que sólo se requiere que el niño sea capaz de comunicarse para que el terapeuta o el padre lo entiendan y le respondan. Con este tratamiento, es factible que participen niños con problemas verbales o auditivos.

También puede incluirse a niños con deterioros físicos o mentales, por ejemplo, con trastornos de desarrollo predominantes (no autistas). Sólo hay dos categorías de niños a los que no es posible dar este tratamiento: aquellos con comportamientos autistas extremos y los que padecen esquizofrenia al grado de carecer de la lucidez suficiente para que un adulto les responda.

Antes de que los padres empiecen a jugar con sus propios hijos, en el espacio asignado a la terapia se realizan con ellos sesiones a manera de práctica en las cuales interactúan el terapeuta y uno de los padres como lo harían padres e hijos en una sesión de juego.

Guerney (2000) considera que la Terapia Filial es efectiva para prevenir e intervenir en problemas como el trastorno oposicionista desafiante, divorcios, familias reconstruidas, adopción, trastorno por déficit de atención, entre otros. Recalca que este tipo de terapia ha mostrado ser útil en niños y familias de diferentes culturas, y sobre todo, ha permitido disminuir el costo económico y de tiempo del tratamiento psicológico del niño.

Las investigaciones demuestran que después de implementar la Terapia Filial, padres y profesores reportan que los problemas de conducta por los que son referidos los niños disminuyen significativamente, sobre todo aquellos que tienen que ver con la agresión y los conflictos con los padres, compañeros y otros. Además, se observa una disminución en los síntomas físicos y conductuales. También se ha encontrado que el desarrollo general de los niños se acelera porque mejoran en su autorregulación emocional, en el desarrollo de patrones normales de juego, en su rendimiento académico y en su autoestima (Santiago, 2007).

La Terapia Filial es la primera aproximación que, en su método de tratamiento, integra, corrientes teóricas muy disímiles, como lo son la Terapia No Directiva Centrada en el Niño y un modelo de Terapia Directiva Cognitivo-Conductual.

Como es posible observar en este bosquejo histórico, desde los primeros psicoanalistas se ha considerado la importancia de la participación de los padres y/o cuidadores principales de los menores en el proceso; sin embargo, cabe señalar que a pesar de ello siempre fue marginal dentro del proceso de psicoterapia. El mérito del modelo de Terapia Filial es el integrar a los padres como parte activa del proceso.

Por la relevancia que tiene la familia para la resolución de problemas, en la década de los noventa dentro de la psicoterapia familiar sistémica y con las terapias posmodernas aparece una nueva propuesta para el tratamiento de las dificultades emocionales, que actualmente ya ha sido evaluada y se utiliza en gran parte del mundo occidental; se trata del Abordaje Narrativo. Este modelo de tratamiento le resta peso a la tradicional relación terapeuta-paciente y trata el concepto de identidad personal como una construcción social fluida. A la Terapia Narrativa también se le denomina la tercera fuerza, ya que la técnica representa un cambio fundamental en la práctica de la psicoterapia.

Post Author: Entorno Estudiantil

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *