LA FASE TEMPRANA DE LOS DIBUJOS PROYECTIVOS

Después de que Florence Goodenough ideó su escala de inteligencia basada principalmente en el número de detalles que el examinado ha incluido en el dibujo de un hombre, observó, junto con otros clínicos, que su test ponía en juego no sólo la capacidad intelectual sino también factores de la personalidad.

Algunas de las respuestas infantiles que ya en los comienzos se atribuyeron a componentes no intelectuales de la personalidad fueron las siguientes: material de tipo "verbalista• con gran número de detalles; •respuestas individuales", generalmente incomprensibles para cualquiera que no fuese el mismo examinado; indicaciones de "fuga de ideas•, por ejemplo dibujos con una sola oreja, o con un cabello en un solo lado de la cabeza, o con ocho dedos en cada mano.

L. Bender  informa sobre un estudio en el que se pidió el dibujo de un hombre a un grupo de 450 escolares. Se encontró que nueve de ellos realizaron dibujos con una o más de aquellas características: con reacciones verbalistas, individuales con "fugas de ideas". Estos mismos niños fueron clasificados por sus maestros como afectados por mayor número de rasgos psicopatológicos que sus compañeros: hipersensibilidad, propensión a la preocupación, tics musculares, poca concentración, distracción, timidez, inestabilidad y caprichos.

También L. Hanvik , a partir de un estudio experimental que dirigió, llego a la conclusión de que ·1os niños con perturbaciones emocionales no dibujan la figura humana en el nivel correspondiente a su inteligencia, medida por una escala estandarizada de CI. Empleando el test del dibujo de un hombre de Goodenough, también el autor pudo comprobar que, más que los factores intelectuales, lo más importante en este registro son los factores emocionales.

Al examinar el criterio de puntuación en el Test de Goodenough para la "presencia de la mano", pudo advertirse que se acreditaba el mismo puntaje a un puño cerrado, a un mamarracho o a una delicada mano abierta que en actitud femenina se acariciaba la mejilla realizada por un examinado del sexo masculino, en tanto se ignoraban indicadores cualitativos mucho más importantes para el funcionamiento de la personalidad total. Se acreditaban los mismos valores cuantitativos tanto cuando el sujeto dibujaba al hombre con los brazos cruzados en actitud desafiante sobre el pecho o colgando mansamente a los costados o tímidamente escondidos detrás de la espalda, sin considerar que estas distintas posiciones de los brazos tienen significados cualitativos muy diferentes. Esta manera de operar desaprovecha, pues, mucho material valioso para el diagnóstico e incluso el pronóstico. Del mismo modo, la amplia gama de expresiones faciales, el tamaño, el emplazamiento de la hoja, parecían ofrecer una más rica información acerca de los componentes no intelectuales que de la capacidad intelectual del examinado.

Tanto el procedimiento del test del dibujo de la Casa-Árbol-Persona como el del dibujo de la figura humana se desarrollaron como tests de la personalidad a partir de las escalas de inteligencia. En efecto, el test del dibujo de la figura humana de Machover (20) nació de la experiencia de la autora con el test de Goodenough para la evaluación de la inteligencia infantil; a su vez, el test de la Casa-Árbol-Persona (HTP) de Buck (3) apareció como derivación de una escala de inteligencia en la que ese autor se hallaba trabajando hacia la época en que Wechsler publicó su Escala de la inteligencia. Buck tuvo la misma experiencia que los demás: observó que los dibujos se saturaban de factores no intelectuales de la personalidad y, entre los diversos subtests que había construido para la evaluación intelectual, retuvo el de HTP y lo transformó en la útil técnica proyectiva en que se ha convertido. Cabe destacar, pues, que tanto Buck como Machover, trabajando en forma independiente en Virginia y en Nueva York, respectivamente, tomaron los antiguos asertos ya citados antes ("Cuando un artista pinta un retrato, pinta en realidad dos, el del modelo y el suyo" y "El artista no ve las cosas como son sino como es él ) y los verbalizaron en el lenguaje del siglo XX. En suma, Buck y Machover son los principales gestores y los más elocuentes expositores en el campo de los dibujos proyectivos.

Post Author: Entorno Estudiantil

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