Principios de la Psicología comunitaria

La Psicología comunitaria es una disciplina que trata de analizar e intervenir en los contextos en los que se desarrolla la persona, intentando comprender cómo percibe ésta los contextos y tratando de identificar recursos, tanto de la propia persona como de los contextos en los que interacciona, con el objeto de potenciar su desarrollo. A esta definición, necesariamente intuitiva y preliminar, se le unen unos supuestos teóricos que Sánchez y su equipo (1988) han sintetizado en:

• Las fuerzas y sistemas sociales desempeñan un papel relevante (no necesariamente único o excluyente) en la determinación de la conducta humana. Aunque la Psicología comunitaria centra gran parte de sus esfuerzos en identificar elementos del ambiente con efectos sobre el comportamiento de la persona, no olvida otros factores que pueden influir en dicho comportamiento (por ejemplo, los factores personales). Además, como veremos a lo largo de esta asignatura, la Psicología comunitaria se centra especialmente en los elementos socioculturales del ambiente, complementando otras disciplinas que se ocupan también del ambiente, como la Psicología ambiental.

• El entorno social no es algo necesario o únicamente negativo y fuente de problemas y conflictos para individuos y grupos, sino también fuente de recursos y potencialidades positivas. La Psicología comunitaria mantiene que el entorno social y cultural es fuente tanto de conflictos como de soluciones. Esto es, impone limitaciones pero también aporta recursos. Así, incluso en los entornos más deprivados (marginación, por ejemplo) el enfoque comunitario sostiene que es posible encontrar recursos (solidaridad, por ejemplo) con los que iniciar un proceso de intervención.

• La localización de los problemas de salud mental y psicosociales (y de su origen) reside, en gran parte al menos, en los sistemas sociales y en la relación del individuo con ellos, no tanto en los individuos. Una premisa fundamental de la orientación comunitaria consiste en señalar las características y procesos de los sistemas sociales como uno de los factores que explican los problemas de salud mental, evitando de esta manera vincular estos problemas exclusivamente a la naturaleza del individuo.

• La prevención se relaciona directamente con la potenciación o desarrollo comunitario. El incremento de la competencia tiene un efecto de prevención en el desarrollo de los problemas psicosociales. En tanto que los factores que inciden en la salud mental residen en gran parte en el entorno social, la potenciación y desarrollo de entornos sociales constituye una de las vías principales de intervención. Desarrollar y potenciar estos entornos supone desarrollar competencias en los individuos que participan en ellos, a la vez que promover transformaciones estructurales de esos entornos con el objeto de mejorar el desarrollo de estas mismas personas.

• Las necesidades individuales y los intereses sociales son general y básicamente compatibles, aunque en ocasiones pueden entrar en conflicto. La Psicología comunitaria mantiene que, aunque intereses individuales, grupales y sociales puedan entrar en conflicto, siempre existen vías de negociación que permiten restablecer el equilibrio. La participación, el consenso, el pensamiento crítico, el respeto a la diversidad, la tolerancia, etc., son algunos de los mecanismos que se proponen para restaurar los desequilibrios que puedan producirse en los entornos sociales.

• El rediseño del entorno y el cambio social producen un efecto significativo en la reducción de las disfunciones psicosociales de los individuos y grupos, en tanto que la no-modificación de esos entornos mantendría esas disfunciones. En concordancia con los supuestos anteriores, se considera que los desajustes personales tienen una correlación con los desequilibrios del entorno.

Por tanto, la mejora de la situación personal pasa también por la modificación de los entornos, con el objeto de que éstos alcancen un nuevo equilibrio, quizás en otro nivel diferente al que existía previo a la intervención. En todo caso, la no-modificación de los entornos sociales y el trabajo centrado exclusivamente en la persona no es una vía adecuada para resolver los problemas, desde el punto de vista de la Psicología comunitaria, ya que probablemente la fuente de tensiones y problemas quede intacta.

• Para desarrollar o alcanzar el sentido psicológico de comunidad, es preciso que todos los miembros de la comunidad tengan acceso a los recursos y servicios que ésta proporciona. La comunidad psicológica tiene, por tanto, un importante componente material y social que puede concretarse en una redistribución o creación y potenciación de recursos psicológicos y sociales.

Una de las principales características que definen el ajuste de la persona a su entorno es la percepción de sentimiento de comunidad, un estado psicológico que, no obstante, está fuertemente vinculado a procesos participativos democráticos, en el sentido de capacidad para expresar las opiniones, apertura hacia los otros, vías de comunicación, etc.

En sociedades dinámicas, este sentimiento de comunidad también se obtiene de los sistemas sociales en los que la persona interactúa (familia, grupos de autoayuda, relaciones de confianza, etc.), ya que el contacto con la comunidad en general no es posible. Como veremos más adelante, éste es uno de los conceptos clave que permite analizar los procesos de ajuste psicosocial de la persona, por ejemplo, en el caso de los grupos de apoyo y autoayuda.

Post Author: Entorno Estudiantil

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